Fernández de Sousa reclama 9 millones de deuda a Pescanova
El informe concursal lo sitúa entre los mayores acreedores no bancarios
El expresidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa,
figura en la lista de acreedores del grupo de alimentación, con una
deuda reconocida por la administración concursal de 9,3 millones de
euros.
Según el extenso informe de 228 páginas que se puede consultar en la CNMV, la cantidad reclamada convierte a Fernández de Sousa en uno de los mayores acreedores no bancarios de la compañía.
Fuentes próximas al empresario, que está imputado
por falseamiento de información económico-financiera y de cuentas,
estafa y uso de información relevante, explicaron que la cantidad que
aparece reflejada en el informe concursal se corresponde con un préstamo
de 9,3 millones procedente del propio patrimonio de Manuel Fernández a
la sociedad que presidía con el fin de resolver los urgentes problemas
de liquidez.
Préstamo a la empresa
«Se hizo para que la empresa pudiera seguir
teniendo sus barcos faenando y para que los trabajadores recibieran sus
nóminas hasta que los bancos concedieron el crédito puente de 56
millones», aclaran estas fuentes cercanas al expresidente de Pescanova,
que ocultó un desfase patrimonial en la empresa de más de 1.667
millones de euros y una deuda de 3.674 millones, lo que la deja en
situación de quiebra técnica.
¿Qué posibilidades tiene Manuel Fernández de
recuperar la deuda declarada? Fuentes consultadas cercanas al proceso
concursal aseguran que muy pocas, ya que la viabilidad de la compañía, a
día de hoy, está en manos de los bancos, los grandes acreedores de Pescanova,
que, en realidad, son los actuales dueños de la compañía. De ellos
depende la fijación de una quita que, todo indica que será alta, entre
un 75 y un 50 %.
De momento, Fernández de Sousa tiene bloqueadas
la totalidad de las cuentas que figuran a su nombre o al de sociedades
vinculadas a su entorno más próximo tanto en España como en Portugal.
Además, el empresario todavía no ha hecho frente
al pago de la fianza impuesta, que asciende a 300 millones. De no
prosperar los recursos presentados por el empresario, la Audiencia
podría empezar a decretar el embargo de cuentas o bienes.
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