16 de mayo de 2018
Faro de Vigo
La mayor granitera de la comarca de Vigo
-y de Galicia- ha vuelto a cambiar de manos. El fondo buitre británico
Bybrook Capital LLP, especialista en la compra de compañías en
dificultades con el objetivo de revenderlas para obtener rentabilidad,
ha tomado el control del grupo alicantino Levantina, propietario desde
2006 de la antigua Graninter, con una planta de elaborado y más de 150
trabajadores directos en Porriño. En concreto, Bybrook se ha quedado con
la participación que tenían el banco francés BNP Paribas y la firma de
inversión M&G Prudential, haciéndose con las riendas de la mayor
empresa de piedra natural del mundo. La operación, que lleva meses
fraguándose, preocupa a la plantilla de Porriño y a los sindicatos por
los efectos que pueda tener en la planta, que factura unos 30 millones
de euros al año y que es una de las cabezas tractoras de la industria
granitera gallega.
7 de mayo de 2018
La Voz de Galicia
El capital buitre sobrevuela Vulcano, preparado ante una posible liquidación
Varios meses de retraso en el ferri para Transmediterránea penalizan aún más al astillero, que se encamina a la quiebra
La salvación de Factorías Vulcano sería su venta inminente,
antes de que entregue el ferri que está construyendo para
Transmediterránea -ahora propiedad de la naviera canaria Armas-, porque
después, sin pedidos en cartera y sin poder contratar nuevos buques
porque los bancos no financian el riesgo, lo que está por venir se
parece a la nada más absoluta.
Hay compradores para las amplias instalaciones de Teis, al pie de la ría de Vigo.
Pero nadie quiere quedarse con el astillero ahora que todavía está
vivo. Todos los interesados que acuden a verlo, y a hablar con la
dirección, lo hacen para conocer su estado y pujar por él cuando llegue el momento de la liquidación, libre de deudas y de 87 trabajadores (30, mayores de 55 años).
Ese escenario que supondría la desaparición del astillero y que nadie
quiere, está ya sobre la mesa de la Administración gallega y de los
sindicatos. Está cada vez más cerca.
Los retrasos en la entrega del ferri de Transmediterránea, que debería estar dando ya servicio este mes a la naviera, agravan la situación financiera del astillero,
porque la demora en la fecha de entrega acordada conlleva
penalizaciones, además del perjuicio que supone para la armadora
quedarse sin el buque con el que contaba para la actual campaña
turística.
Todo esto lo cuentan fuentes directamente
inmersas en buscar un futuro para Vulcano que no sea la declaración de
quiebra, y que ven la batalla ya perdida.
Ante las dificultades para vender la compañía o para firmar un nuevo
pedido, quedaba un último cartucho por quemar: que alguno de los
astilleros gallegos que rebosan carga de trabajo accediera a
subcontratar a Vulcano y garantizara así su actividad. Pero nadie está
por la labor. No es por falta de generosidad.
«El problema es que
el sector empieza a levantar cabeza a duras penas y nadie en su sano
juicio está dispuesto a arriesgarse a subcontratar a un astillero que
incumple plazos», dicen fuentes administrativas que, a estas
alturas, comparan el futuro de Vulcano con el de Factoría Naval de
Marín, adquirido por Nodosa en el proceso de liquidación.
Estas fuentes apuntan a que la declaración de concurso de acreedores
es ya solo cuestión de semanas. La fecha que se maneja es después del
verano, una vez que Transmediterránea se haya llevado el ferri. «Será
entonces, cuando se conozca la tesorería real de Vulcano. Si la
situación es la que se sospecha, se solicitaría directamente un concurso
de liquidación», avanzan.
No es la primera vez que Vulcano tiene un pie en el más allá, pero esta vez parece que la desaparición está más cerca.
Vulcano
sobrevivió a un concurso de acreedores en el 2010. La declaración de
quiebra llegó con una deuda de 195 millones de euros. En aquel momento
tuvo suerte.
Errores del pasado
La sociedad
mixta Pymar, formada por varios ministerios, comunidades autónomas y
los astilleros privados españoles, aceptó una quita del 80 % de la
deuda, es decir, algo más de 48 millones.
Antes del conseguir el ferri de Transmediterránea, Vulcano estuvo casi cinco años inactivo y encadenó 13 ERE. Además, fue condenado por la Audiencia Provincial de Oviedo,
en julio del 2015, a pagar 25 millones por la quiebra de su filial en
Asturias, Astilleros Juliana, hoy propiedad de Armón. Debe aún 20
millones.
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