Pili Carrera recortará su producción un 30 % para aligerar la deuda y ser viable
La propuesta de convenio, con quitas del 50 %, tiene ya el sí del 46 % de los acreedores
La viabilidad de Pili Carrera está encarrilada. La empresa de moda infantil, que se acogió el pasado mes de septiembre a un concurso de acreedores,
acaba de presentar en el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Pontevedra
un plan pautado hasta el 2026 para liberarse de cargas y mantenerse a
flote.
La propuesta anticipada de convenio de la empresa, ahora tutelada por un administrador concursal, ofrece a sus acreedores dos vías de acuerdo. La primera, garantiza la amortización del 100 % de la deuda en un plazo de 7 años, remunerando con un interés del 0,5 % los créditos de quienes expresamente elijan este camino.
La alternativa a esta primera opción consiste en aceptar una quita del 50 %, reduciendo la espera a cuatro 4 años.
La
masa pasiva de Pili Carrera que recogen los documentos que acompañaban a
la demanda de solicitud de concurso voluntario es de 5.123.091,72
euros. Según el documento presentado en el juzgado, las adhesiones
conseguidas hasta la fecha representan ya más de 2,3 millones de euros,
que equivalen a casi la mitad del pasivo presentado por la concursada
(en concreto, suponen un 45,59 %).
¿Cómo está convenciendo la empresa a sus acreedores para que se sumen a su propuesta anticipada de convenio?
La clave está en el plan de viabilidad que acompaña a la estrategia
diseñada por Pili carrera para sanear sus cuentas, y que pasa por un
recorte de la producción del 30 %.
Venta de «stocks»
La empresa piensa compensar económicamente esa menor actividad con la generación de ingresos procedentes de las ventas de stock a través de los canales outlet (rebajas) y on-line.
Esta estrategia permitirá a la compañía ingresar un 100 % de margen,
puesto que, al tratarse de artículos fabricados, los costes de
producción ya fueron absorbidos en anteriores ejercicios.
Sin reducción de plantilla
Este ajuste del volumen de producto confeccionado a la demanda prevista se complementará con una «adaptación del personal de fábrica y tiendas». El documento en ningún momento habla de reducción de plantilla, y sitúa la citada «adaptación» en el tiempo y desde el presente otoño-invierno hasta la temporada 2019-2020.
El plan basa su éxito en la racionalización de la
producción de Pili Carrera, lo que supone «adaptar el número de unidades
productivas a la capacidad de absorción de la demanda». La empresa se
compromete a sacar mayor rendimiento a los canales de venta (habla de
«optimizar»).
«Estas medidas se complementarán además con una
adaptación de los costes de la estructura de la empresa, en todos sus
niveles, al volumen de producción y ventas considerado», explica el
documento depositado en el Juzgado.
Con todo ello, Pili Carrera espera además reducir al mínimo imprescindible sus necesidades financieras.
La banca, que se negó a negociar, es ahora la primera en adherirse al plan de reflote
Casi
3 millones de euros de deuda financiera son la principal razón de que
la empresa Pili Carrera no haya tenido más remedio que acogerse al
concurso de acreedores. Un pool de bancos integrado
por hasta ocho entidades rechazó la petición de la empresa: un aumento
de la financiación de 500.000 euros y la renovación de los créditos para
circulante por un importe aproximado de 1,2 millones de euros durante
un año.
Ahora, una vez acogida a la Ley Concursal, son los bancos
los primeros en encabezar la adhesión a la propuesta anticipada de
convenio de la empresa. Entre los que ya se han pronunciado a favor
figuran el BBVA, el Sabadell y el Santander (incluye el Banco Popular y Banesto).
Y es que si algo deja claro todo este proceso es que
el problema de Pili Carrera se produce como consecuencia de un frenazo
del mercado cuando la compañía había completado un fuerte proceso de
crecimiento. Dicho de otra forma, lo que ocurrió fue una «no adaptación
de la producción a la demanda real». Las cifras de pérdida de mercado
hablan por sí mismas. Según la información económica que aporta al
juzgado, Pili Carrera pasó de facturar 11 millones de euros en el 2007 a facturar siete en el 2017.
En
este período, los gastos de personal se dispararon. Pasaron de
representar el 19,39 % en el 2006 a situarse por encima del 38 % en el
2017. La empresa «no fue capaz de reajustar sus costes de producción» al
nuevo escenario, reconoce.