Maderas Iglesias agrava su crisis con la entrada en concurso de varias de sus filiales
Hace seis años la empresa con sede en Vigo y fábricas en Mos y O Porriño, era la tercera empresa de fabricación de parqué del mundo
Hace apenas seis años Maderas Iglesias, con sede
en Vigo y fábricas en Mos y O Porriño, era la tercera empresa de
fabricación de parqué del mundo, pero la caída en picado de la
construcción la puso al borde del abismo. El pasado junio, después de
verse obligada a cerrar sus factorías de Brasil y Polonia, y de
comprobar que el ERE rotatorio pactado casi un año antes con el comité
no había producido el efecto buscado, entró en concurso de acreedores
con una deuda de algo más de 75 millones de euros.
Fuentes sindicales explican que, aunque
maltrecha, la empresa ha logrado mantenerse viva gracias a la
exportación. Es fundamentalmente de Centroeuropa y Escandinavia de donde
llegan los pedidos que evitan un cierre definitivo.
Las mismas fuentes aseguran que, curiosamente, el
talón de Aquiles del grupo no tiene tanto que ver con la crisis como
con la apuesta que justo antes de que explotara la burbuja inmobiliaria
hizo el empresario, Juan Ramón Iglesias, por modernizar las factorías.
«Realizó unas inversiones impresionantes en maquinaria y necesitó
financiación. Por eso la práctica totalidad de la deuda que acumula es
con los bancos», explican.
La refinanciación de dicha deuda ha supuesto la
puntilla para gran parte de sus filiales. Una de las primeras en caer
fue Parquets Tropicales (Madrid). Y esta semana ha entrado en concurso
de acreedores otra, Vázquez Rey (polígono de Sabón-A Coruña), dedicada a
la compra-venta de maderas y derivados. Todo indica que esta ha sido
la última víctima colateral de la deuda financiera acumulada por la casa
matriz, que la había puesto como garantía.
Desde hace algún tiempo Maderas Iglesias realiza
una producción a la carta, esto es, su actividad está ligada a los
pedidos. Así, mientras unas semanas sus 310 empleados trabajan a pleno
rendimiento, otras solo lo hacen dos o tres días. Desde el pasado mes de
marzo la firma mantiene un segundo ERE rotatorio que rematará en
diciembre. El acuerdo alcanzado con el comité prevé que ningún
trabajador esté parado más de 90 días durante dicho período, pacto que,
según los sindicatos, «se está cumpliendo». La plantilla cobra sus
salarios entre el 1 y el 5 de cada mes y las facturas de los proveedores
se saldan a la entrega del pedido.
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