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22 de octubre de 2012

La Voz de Galicia


Maderas Iglesias agrava su crisis con la entrada en concurso de varias de sus filiales

Hace seis años la empresa con sede en Vigo y fábricas en Mos y O Porriño, era la tercera empresa de fabricación de parqué del mundo

Hace apenas seis años Maderas Iglesias, con sede en Vigo y fábricas en Mos y O Porriño, era la tercera empresa de fabricación de parqué del mundo, pero la caída en picado de la construcción la puso al borde del abismo. El pasado junio, después de verse obligada a cerrar sus factorías de Brasil y Polonia, y de comprobar que el ERE rotatorio pactado casi un año antes con el comité no había producido el efecto buscado, entró en concurso de acreedores con una deuda de algo más de 75 millones de euros.
Fuentes sindicales explican que, aunque maltrecha, la empresa ha logrado mantenerse viva gracias a la exportación. Es fundamentalmente de Centroeuropa y Escandinavia de donde llegan los pedidos que evitan un cierre definitivo.
Las mismas fuentes aseguran que, curiosamente, el talón de Aquiles del grupo no tiene tanto que ver con la crisis como con la apuesta que justo antes de que explotara la burbuja inmobiliaria hizo el empresario, Juan Ramón Iglesias, por modernizar las factorías. «Realizó unas inversiones impresionantes en maquinaria y necesitó financiación. Por eso la práctica totalidad de la deuda que acumula es con los bancos», explican.
La refinanciación de dicha deuda ha supuesto la puntilla para gran parte de sus filiales. Una de las primeras en caer fue Parquets Tropicales (Madrid). Y esta semana ha entrado en concurso de acreedores otra, Vázquez Rey (polígono de Sabón-A Coruña), dedicada a la compra-venta de maderas y derivados. Todo indica que esta ha sido la última víctima colateral de la deuda financiera acumulada por la casa matriz, que la había puesto como garantía.
Desde hace algún tiempo Maderas Iglesias realiza una producción a la carta, esto es, su actividad está ligada a los pedidos. Así, mientras unas semanas sus 310 empleados trabajan a pleno rendimiento, otras solo lo hacen dos o tres días. Desde el pasado mes de marzo la firma mantiene un segundo ERE rotatorio que rematará en diciembre. El acuerdo alcanzado con el comité prevé que ningún trabajador esté parado más de 90 días durante dicho período, pacto que, según los sindicatos, «se está cumpliendo». La plantilla cobra sus salarios entre el 1 y el 5 de cada mes y las facturas de los proveedores se saldan a la entrega del pedido.

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