PÁGINAS

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21 de octubre de 2012

Faro de Vigo

Las pymes se ahogan

El coste de las operaciones de financiación que se aprueban es mayor que el que tiene las pymes alemanas y francesas y lastra la competitividad.

La sequía de crédito sigue asfixiando a las pequeñas y medianas empresas españolas y valencianas, que representan el grueso del tejido productivo del país. La Comisión Europea ha alertado de que la ausencia de financiación es la principal amenaza para la supervivencia de las pymes con efectos muy perjudiciales para el empleo. El retraso en los pagos de las Administraciones Públicas incide en el problema.

Emprendedor. Es la palabra de moda. Autoridades, laboratorios de ideas, entidades públicas de diversa índole llevan desde el inicio de la crisis llenándose la boca sobre la necesidad de favorecer la iniciativa empresarial. Sin embargo muchos son los proyectos que, una vez iniciados no tardan en irse a pique. ¿Es que no era una buena idea? ¿Acaso el mercado no respondía? En muchos casos el fracaso empresarial tiene poco que ver con estos factores. Negocios bien articulados y planificados no salen adelante por una sencilla razón: Falta de financiación

 Durante el tercer trimestre de este año, apenas un 27,7 % de las pequeñas y medianas empresas hizo el esfuerzo de acercarse a un banco a pedir dinero prestado para poder funcionar, según la encuesta periódica que sobre esta cuestión elaboran las Cámaras de Comercio. El dato refleja la tendencia decreciente que ya comenzó a inicios de año. Muchos empresarios han tenido ya la experiencia de la denegación de pólizas de crédito y declinan acercarse a la entidad financiera. Porque de ese pequeño porcentaje que solicita créditos no todos los consiguen. Las denegaciones alcanzaron el 25,5 %. El principal motivo de las negativas es que los bancos consideran insuficientes las garantías, una razón que explica el 65,7 % de los rechazos.

Y es que los bancos han elevado el listón para liberar el crédito. El dinero fácil se ha terminado. Ahora en ocasiones los condicionantes son tan altos que hace imposible para muchos pequeños y medianos empresarios asumirlos. Al refuerzo de las garantías se suma además el recelo de los prestamistas a asumir nuevos riesgos. El responsable territorial de una importante entidad bancaria explica que las negativas se producen porque los proyectos no son viables. Pero no contesta cuando se le pregunta si hace cuatro o cinco años habría dado luz verde a créditos para proyectos similares.
Para aquellos que logran arrancar financiación se imponen además costes más elevados. Según la encuesta de las Cámaras de Comercio, el 81 % de las empresas advierte que se han incrementado los tipos de interés, cifra algo superior que en la anterior encuesta (81 %). Un 85,3 % señala que han aumentado las exigencias de garantías y avales, y de este grupo, al 53,3 % se le ha requerido garantía de carácter personal.
Otro de los problemas que plantean las pymes son los gastos y comisiones, que para el 71 % se han encarecido respecto al trimestre anterior.

Un informe de la Comisión Europea difundido esta semana con datos de 2011 señala que el coste de un crédito para pequeñas empresas era un 31 % más alto que para empresas grandes, pero esta diferencia se ha reducido considerablemente desde 2010, cuando era del 40 %. "A pesar de esta tendencia positiva, la restricción del crédito está asfixiando a los empresarios y pequeña empresas de España mucho más que a la de otros países europeos", sostiene el informe comunitario. Además explica que la disponibilidad "relativamente limitada" de capital riesgo dificulta el crecimiento de empresas muy innovadoras y "los plazos de pago excesivamente prolongados" aumentan los problemas de liquidez.

La morosidad sigue siendo otro de los factores que ahogan a las pymes. El Ejecutivo comunitario cree que "el aspecto más problemático de la empresa española, en relación con la de la UE en su conjunto, son los retrasos por parte de las autoridades públicas en el pago de facturas a sus proveedores". En España, según el mismo informe, el plazo medio de pago de facturas es de 66 días, considerablemente superior a la media de la UE, de 25 días.

El sondeo de las Cámaras sobre el tercer trimestre ratifica que la problemática de la morosidad se mantiene. De las pymes que solicitaron recursos externos durante el período, el 73,5 % experimentó un retraso en los pagos de sus clientes. El retraso medio de la demora se situó en torno a los 5 meses. Además, las empresas manifiestan que los retrasos de pagos a su clientela hace seis meses y hace un año eran inferiores a las actuales.

De las empresas proveedoras de la Administración Pública, el 55,1 % ha tenido problemas a la hora de cobrar, cifra que ha bajado considerablemente respecto al trimestre anterior (75,3 %). Los problemas principales para hacer efectivo el cobro se han presentado con la Administración local (29,5 %), en segundo lugar con la autonómica (23,1 %) y en último lugar con la Administración central (3,38 %). Estos datos confirman la mejora, propiciada también por los pagos liberados a través del plan de pagos a proveedores habilitado por el Gobierno central para ayuntamientos y autonomías.

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