Las pymes se ahogan
El coste de las operaciones de financiación que se aprueban es mayor que el que tiene las pymes alemanas y francesas y lastra la competitividad.
La sequía de crédito sigue asfixiando a las pequeñas y medianas empresas españolas y valencianas, que representan el grueso del tejido productivo del país. La Comisión Europea ha alertado de que la ausencia de financiación es la principal amenaza para la supervivencia de las pymes con efectos muy perjudiciales para el empleo. El retraso en los pagos de las Administraciones Públicas incide en el problema.
Emprendedor. Es la palabra de moda. Autoridades, laboratorios de ideas, entidades públicas de diversa índole llevan desde el inicio de la crisis llenándose la boca sobre la necesidad de favorecer la iniciativa empresarial. Sin embargo muchos son los proyectos que, una vez iniciados no tardan en irse a pique. ¿Es que no era una buena idea? ¿Acaso el mercado no respondía? En muchos casos el fracaso empresarial tiene poco que ver con estos factores. Negocios bien articulados y planificados no salen adelante por una sencilla razón: Falta de financiación
Durante el tercer trimestre de este año, apenas un 27,7 % de las pequeñas y medianas empresas hizo el esfuerzo de acercarse a un banco a pedir dinero prestado para poder funcionar, según la encuesta periódica que sobre esta cuestión elaboran las Cámaras de Comercio. El dato refleja la tendencia decreciente que ya comenzó a inicios de año. Muchos empresarios han tenido ya la experiencia de la denegación de pólizas de crédito y declinan acercarse a la entidad financiera. Porque de ese pequeño porcentaje que solicita créditos no todos los consiguen. Las denegaciones alcanzaron el 25,5 %. El principal motivo de las negativas es que los bancos consideran insuficientes las garantías, una razón que explica el 65,7 % de los rechazos.
Y es que los bancos han elevado
el listón para liberar el crédito. El dinero fácil se ha terminado.
Ahora en ocasiones los condicionantes son tan altos que hace imposible
para muchos pequeños y medianos empresarios asumirlos. Al refuerzo de
las garantías se suma además el recelo de los prestamistas a asumir
nuevos riesgos. El responsable territorial de una importante entidad
bancaria explica que las negativas se producen porque los proyectos no
son viables. Pero no contesta cuando se le pregunta si hace cuatro o
cinco años habría dado luz verde a créditos para proyectos similares.
Para
aquellos que logran arrancar financiación se imponen además costes más
elevados. Según la encuesta de las Cámaras de Comercio, el 81 % de las
empresas advierte que se han incrementado los tipos de interés, cifra
algo superior que en la anterior encuesta (81 %). Un 85,3 % señala que
han aumentado las exigencias de garantías y avales, y de este grupo, al
53,3 % se le ha requerido garantía de carácter personal.
Otro de
los problemas que plantean las pymes son los gastos y comisiones, que
para el 71 % se han encarecido respecto al trimestre anterior.
Un
informe de la Comisión Europea difundido esta semana con datos de 2011
señala que el coste de un crédito para pequeñas empresas era un 31 % más
alto que para empresas grandes, pero esta diferencia se ha reducido
considerablemente desde 2010, cuando era del 40 %. "A pesar de esta
tendencia positiva, la restricción del crédito está asfixiando a los
empresarios y pequeña empresas de España mucho más que a la de otros
países europeos", sostiene el informe comunitario. Además explica que la
disponibilidad "relativamente limitada" de capital riesgo dificulta el
crecimiento de empresas muy innovadoras y "los plazos de pago
excesivamente prolongados" aumentan los problemas de liquidez.
La
morosidad sigue siendo otro de los factores que ahogan a las pymes. El
Ejecutivo comunitario cree que "el aspecto más problemático de la
empresa española, en relación con la de la UE en su conjunto, son los
retrasos por parte de las autoridades públicas en el pago de facturas a
sus proveedores". En España, según el mismo informe, el plazo medio de
pago de facturas es de 66 días, considerablemente superior a la media de
la UE, de 25 días.
El sondeo de las Cámaras sobre el tercer
trimestre ratifica que la problemática de la morosidad se mantiene. De
las pymes que solicitaron recursos externos durante el período, el 73,5 %
experimentó un retraso en los pagos de sus clientes. El retraso medio
de la demora se situó en torno a los 5 meses. Además, las empresas
manifiestan que los retrasos de pagos a su clientela hace seis meses y
hace un año eran inferiores a las actuales.
De las empresas
proveedoras de la Administración Pública, el 55,1 % ha tenido problemas a
la hora de cobrar, cifra que ha bajado considerablemente respecto al
trimestre anterior (75,3 %). Los problemas principales para hacer
efectivo el cobro se han presentado con la Administración local (29,5
%), en segundo lugar con la autonómica (23,1 %) y en último lugar con la
Administración central (3,38 %). Estos datos confirman la mejora,
propiciada también por los pagos liberados a través del plan de pagos a
proveedores habilitado por el Gobierno central para ayuntamientos y
autonomías.
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