García Costas certifica que firmó un contrato mercantil vinculante y que solo faltan detalles técnicos
Los sindicatos emplazan al astillero y a la Xunta a hacer públicos los documentos para acabar con la "incertidumbre" en el sector
"Hubo contrato, no una declaración de intenciones, ni un precontrato, ni
ninguna otra cosa que tenga un nombre distinto a un contrato mercantil
que obliga a las partes". El empresario vigués José García Costas, uno
de los máximos accionistas de Barreras, se mostró ayer así de tajante
ante las dudas surgidas sobre el contrato del buque hotel de Pemex
firmado el pasado 19 de septiembre en Santiago, aunque matizó que sí hay
un recorrido para la entrada en vigor de ese contrato, "un recorrido
técnico sobre el que ya se está trabajando". También fuentes de Navantia
señalaron que el barco "está firmado" y que la sociedad "no va a entrar
en polémicas".
El responsable de Barreras afirmó que no concede
"ninguna importancia" a las declaraciones del director general de Pemex,
que afirmó en una rueda de prensa en México que Pemex no había firmado
ningún servicio de buque hotel, afirmación que sería corregida después
por portavoces de la petrolera. García Costas negó que eso sea cierto y
recalcó que él no vive "de las noticias que se publican en los
periódicos". "A mí me soplan al oído", ironizó. "A todo lo que se dice,
la verdad es que no le doy ninguna importancia", añadió. También el
presidente del comité de empresa de Barreras, Sergio Gálvez (UGT), quitó
hierro a las declaraciones del responsable de Pemex, e indicó que la
empresa mostró al comité el documento del buque "firmado".
En este
sentido, tanto García Costas como Gálvez indicaron que personal del
astillero ya está trabajando en la parte técnica del proyecto, que se
basa en el buque hotel Edda Fides, botado en 2011 y uno de los más
avanzados del mundo en su categoría. Barreras acaba de salir del
concurso de acreedores y la junta de accionistas aprobó el jueves una
ampliación de capital por 10 millones de euros para reforzar la empresa.
Este contrato supondría la vuelta a la actividad del mayor astillero
privado de España, aunque sus responsables no descarta firmar nuevos
pedidos antes de finales de año.
Los representantes de las
federaciones del metal de UGT, CC OO y la CIG en Vigo reclamaron ayer a
la Xunta que elimine posibles dudas sobre estos contratos y responda a
"preguntas" sobre la adjudicación de los barcos. En una rueda de prensa,
el portavoz de metal de la UGT, Diego Atanes, explicó que "el mayor
argumento que puede aportar la Xunta es enseñar los documentos que firmó
públicamente".
El sindicalista estimó que "parece irresponsable
jugar con puestos de trabajo" en un momento de "precampaña electoral" y
censuró que se "vendan puestos de trabajo y humo" y se "genere confusión
y crispación", mientras que "la realidad es que nadie conoce los
papeles".
El secretario de Industria de CC OO, Ramón Sarmiento,
destacó que los trabajadores son los que tienen "más interés" en que
"cuajen" estas operaciones, si bien, en el caso de Pemex, resaltó que en
anuncio se realizó en momento electoral y con un "formato especial",
con presencia de la Xunta en la firma del contrato, algo poco habitual
en el sector.
Manolo Simón (CIG) añadió que los trabajadores del
naval saben que desde la Xunta les están "mintiendo" cuando se cifra en
3.000 el número de trabajadores que estarían ocupados en la construcción
de estos barcos. Simón recordó que cuando en Barreras se llegó a
construir cinco barcos a la vez había ocupados 1.600 operarios, y por
eso criticó que desde la administración gallega están "vendiendo la
moto".
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