PÁGINAS

Translate

26 de mayo de 2012

La Voz de Galicia


Los astilleros tendrán que competir entre sí por los remolcadores mexicanos

Esperan a conocer los detalles del convenio para planear sus ofertas

Catorce remolcadores, sí, pero ¿de qué tipo y con qué características técnicas? Son precisamente los detalles que ahora quieren conocer los astilleros, que tendrán que competir entre sí, para hacer sus propuestas. Esos detalles son muy importantes. Tanto que, según explica Mario Cardama (Astilleros Cardama), la mera elección de una hélice azimutal, esto es, que gire 360 grados, en lugar de una convencional, puede incrementar la factura en tres millones de euros o incluso más.
Por otra parte, no es lo mismo un remolcador de puerto que uno de altura o de apoyo a plataformas petrolíferas. En la abultada nómina de embarcaciones de Pemex hay de los tres tipos. Solo en tamaño, al margen de aspectos tecnológicos, las diferencias son notables. Pueden ir desde los 20 a más de 50 metros de eslora.
«Desconocemos cuáles son los que necesitan en este momento», afirma Cardama, propietario de una de las factorías de la ría de Vigo con experiencia en este segmento. De hecho, los últimos contratos que tiene en vigor son tres remolcadores para el Gobierno de Angola y está a punto de cerrar un cuarto con otro cliente del mismo país.
La Asociación Clúster del Naval Gallego (Aclunaga), señala que el convenio con Pemex ha llegado en un momento especialmente complicado, en medio de «una crisis global sin precedentes» que ha asestado a las empresas un duro varapalo, tanto que se han destruido 9.000 puestos de trabajo.
Sorpresa
Dicen que sabían del compromiso de la Xunta con el sector, pero que no por ello ha dejado de sorprenderles «su proactividad al conseguir el importante acuerdo con Pemex». Los astilleros están dispuestos a «aprovechar esta oportunidad única que se nos brinda y que supone un auténtico balón de oxígeno».
Señalan también que aunque el acuerdo con la petrolera es una prueba de la buena gestión de la Administración, es también «consecuencia directa de la experiencia e indiscutible preparación de nuestros astilleros e industria auxiliar, suficientemente capacitados para asumir los mayores retos tecnológicos e industriales».
En el convenio con Pemex, la Xunta hizo su trabajo y ahora los astilleros tendrán que hacer el suyo. Es lo que vino a decir ayer el conselleiro de Industria, lo que implica que las empresas tendrán que luchar, con las armas que crean convenientes, por alguno, por varios o incluso por todos los remolcadores que está dispuesta a contratar la petrolera mexicana.
Cada uno de ellos puede representar entre 12 y 15 meses de trabajo o, lo que es lo mismo, entre 100.000 y 180.000 horas, dependiendo del tamaño de los buques.
Pocos, pero algunos meses más de trabajo -compartido, claro- se pueden emplear en el caso de los siete remolcadores que se harán en colaboración con empresas mexicanas. También sobre este particular esperan detalles los empresarios, que manejan como hipótesis más probable que las piezas se preparen en Galicia, se transporten en contenedores y se monten en México, adonde viajarían ingenieros y coordinadores españoles. En este caso, la factura del astillero podría bajar hasta el 30 % en relación con la de los construidos completamente en Galicia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario