Firmas viguesas sondearon su entrada en el astillero luso de Viana do Castelo
Las empresas cancelaron la operación al pretender el Gobierno portugués que se hiciesen cargo de los trabajadores
Firmas viguesas estudiaron hace unos meses hacerse cargo del astillero portugués de Viana do Castelo, operación que fue cancelada al pretender el Gobierno luso que se hiciesen cargo de la totalidad de la plantilla (unos 600 trabajadores), según ha podido saber FARO. La privatización de las instalaciones, confirmado el lunes por el primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, no es vista desde el naval gallego como una amenaza seria, pese a que entre las empresas mejor posicionadas para hacerse con el astillero están grupos industriales de Rusia y China.
"Ni siquiera lo hemos valorado", afirmaba ayer un responsable del naval, que ve "difícil" el reflote de esta empresa. Lo mismo desde las centrales sindicales, que reconocen que podría ser competencia para algún astillero concreto a la hora de presentar ofertas, pero "no para el conjunto del sector naval gallego".
El astillero de Viana do Castelo había servido durante años de apoyo a la industria naval gallega, que llegó a desplazar más de 1.000 trabajadores a esa factoría para terminar barcos que se construían en la ría. Sus instalaciones fueron utilizadas para construir cascos de ferries cuando los pedidos superaban sus capacidades. Pero el uso más importante de sus diques fue el pintado de cascos de grandes buques que enviaban Barreras y Vulcano, entre otros, mientras las empresas auxiliares aprovechaban para realizar los trabajos que tenían encargados.
Vista la delicada situación económica del astillero portugués, firmas viguesas se interesaron por hacerse cargo de las instalaciones e incluso llegaron a enviar personal para analizar el estado de las gradas. No obstante, la operación no fraguó debido a la exigencia del Gobierno luso de mantener los 600 trabajadores de la atarazana (emplea a unas 10.000 personas con las empresas auxiliares).
El Ejecutivo portugués recalcó ayer que prevé cerrar la venta del cien por cien del capital de estos astilleros antes de que termine julio de este año, y recordó que existen seis grupos privados que desean concurrir; entre ellos chinos, rusos y portugueses. La empresa se creó en 1944 y fue nacionalizada en 1975, una vez fallecido el dictador Antonio de Oliveira Salazar. En estas instalaciones se construirán próximamente dos asfalteros para Venezuela a cambio de 128 millones de euros, en virtud de los acuerdos firmados por los gobiernos de ambos países durante la última visita que realizó a Portugal el presidente venezolano, Hugo Chávez, en octubre de 2010.
"Ni siquiera lo hemos valorado", afirmaba ayer un responsable del naval, que ve "difícil" el reflote de esta empresa. Lo mismo desde las centrales sindicales, que reconocen que podría ser competencia para algún astillero concreto a la hora de presentar ofertas, pero "no para el conjunto del sector naval gallego".
El astillero de Viana do Castelo había servido durante años de apoyo a la industria naval gallega, que llegó a desplazar más de 1.000 trabajadores a esa factoría para terminar barcos que se construían en la ría. Sus instalaciones fueron utilizadas para construir cascos de ferries cuando los pedidos superaban sus capacidades. Pero el uso más importante de sus diques fue el pintado de cascos de grandes buques que enviaban Barreras y Vulcano, entre otros, mientras las empresas auxiliares aprovechaban para realizar los trabajos que tenían encargados.
Vista la delicada situación económica del astillero portugués, firmas viguesas se interesaron por hacerse cargo de las instalaciones e incluso llegaron a enviar personal para analizar el estado de las gradas. No obstante, la operación no fraguó debido a la exigencia del Gobierno luso de mantener los 600 trabajadores de la atarazana (emplea a unas 10.000 personas con las empresas auxiliares).
El Ejecutivo portugués recalcó ayer que prevé cerrar la venta del cien por cien del capital de estos astilleros antes de que termine julio de este año, y recordó que existen seis grupos privados que desean concurrir; entre ellos chinos, rusos y portugueses. La empresa se creó en 1944 y fue nacionalizada en 1975, una vez fallecido el dictador Antonio de Oliveira Salazar. En estas instalaciones se construirán próximamente dos asfalteros para Venezuela a cambio de 128 millones de euros, en virtud de los acuerdos firmados por los gobiernos de ambos países durante la última visita que realizó a Portugal el presidente venezolano, Hugo Chávez, en octubre de 2010.
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