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26 de febrero de 2012

La Voz de Galicia

La Xunta ya estudia el plan de Barreras para entrar en su capital

El papel de la Consellería de Industria, clave en la viabilidad del astillero


Una hora después de que el conselleiro de Industria mostrara en público su malestar por no disponer del plan de viabilidad de Barreras, que he pedido hace cinco meses, Javier Guerra lo tenía sobre su mesa. «No he tenido tiempo de leerlo en profundidad y además, antes de hacer cualquier valoración, quiero hacer un par de consultas», aseguró ayer.
La Xunta, que entraría en el accionariado a través de Xesgalicia, es una de las bazas con las que cuentan los socios mayoritarios para garantizar el futuro de Barreras. Igual que ocurre con las dos o tres personas que podrían estar interesadas en aportar capital, Industria no solo revisará con lupa el contenido del plan como punto de partida, sino que esperará a la aprobación del convenio de acreedores que, en buena medida, dejaría expedita la vía para la salvación del astillero.
Cumplimiento del convenio
Con todo, fuentes próximas a la administración concursal aseguran que lo fundamental no es aprobar el convenio, «sino que pueda cumplirse.» Este extremo lo decide el juez de acuerdo con los administradores concursales.
Pero antes de ese momento, que algunos llegan a situar más allá del verano, sobre lo primero que tendrá que decidir el juez es sobre el montante total de la deuda. Si no hay consenso sobre las cifras de esta es precisamente porque aún están sin resolver algunos incidentes concursales (acreedores que no están de acuerdo con la deuda que se les reconoce), resolución que se conocerá a mediados de marzo.
Javier Guerra dio el viernes una pista sobre la disposición del Ejecutivo gallego a colaborar en la salvación de Barreras, igual que ya lo hizo hace unas semanas en el caso de Vulcano: «El astillero no ha entrado en un problema por culpa de la Xunta, al contrario, la Xunta es parte de la solución». Y es que si en una cosa están de acuerdo todos los actores implicados es en que Industria tiene que convertirse en la cuarta pata salvadora de la factoría. Las otras tres corren por cuenta de los acreedores (tendrán que aceptar una quita importante y un aplazamiento de la deuda), los trabajadores (en el mejor de los escenarios tendrán que aceptar renuncias) y los accionistas que, bien solos o acompañados por otros como pretenden García Costas y su equipo, tendrán que aportar capital.

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