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30 de octubre de 2011

Faro de Vigo

 El parón del naval y la construcción hunden a la mitad los transportes especiales por Vigo

En dos años, las autorizaciones municipales cayeron de 515 a 154 

El número de transportes especiales que cruzan por las noches la ciudad es uno de los muchos factores que miden la pujanza económica de la industria local y el peso de las exportaciones. Desde el inicio de la crisis el traslado hasta el Puerto vigués de piezas de gran tonelaje es cada vez menos frecuente y ello se ha traducido en una caída de los ingresos municipales derivados de autorizaciones administrativas y dispositivos policiales hasta apenas 29.204 euros, frente a los 99.561 recaudados por este mismo concepto hace dos años. 2009 marcó un récord histórico en Vigo con 515 trailers entrando por la avenida de Madrid hacia Bouzas y desde entonces las cifras han evolucionado a peor. El año pasado las empresas especializadas en traslado de mercancías realizaron 287 viajes y desde enero de 2011 la Concejalía de Tráfico y Movilidad apenas ha contabilizado 154.
Estas cifras suponen una caída de los transportes de gran tonelaje de un 36% con respecto al año 2010 y de un 57% en relación a hace dos años. La Policía Local ha pasado en solo 22 meses de organizar una media de 36 dispositivos especiales de tráfico mensuales a hacerlo ahora en solo 16 ocasiones. El complejo operativo que en ocasiones incluye a personal de Vías y Obras para desmontar o girar señales, mobiliario urbano o semáforos reporta a las arcas municipales unos 190 euros por viaje, a los que solo en trámites hay que sumar otros 70 por el acompañamiento de la Guardia Civil desde Porriño hasta la entrada al casco urbano.
Los datos son preocupantes en la medida en que reflejan el descenso de actividad en sectores como la construcción o el naval, pero han tenido además un efecto inmediato sobre el empleo en las firmas de Vigo especializadas en coordinar transportes especiales y algunas de las cuales llegaron a emplear a un centenar de personas. El principal problema es que la caída de ventas afecta, según el testimonio de sus responsables, a todos los sectores sin distinción, lo que las ha llevado a reducir casi a la mitad los conductores y gruistas e incluso "a vender parte de la maquinaria", argumenta un encargado.
La situación se repite al preguntar en otra de las empresas de grúas, que ha aplicado un ERE debido al descenso de contratos. "La caída ha sido brutal. Incluso los resultados oficiales del Concello me resultan demasiado optimistas", argumenta el dueño de una tercera firma con sede en la ciudad, que como las anteriores prefieren preservar su nombre. En lo que no tienen problema es en describir la situación como "muy preocupante por su repercusión en el empleo", tras la pérdida, aseguran, "de docenas de puestos de trabajo".
El único sector que sigue reportándoles algo de actividad es el de las energías renovables, y por ello las piezas que de forma más frecuente se observan accediendo por Isaac Peral o Bouzas son aspas para molinos o turbinas eólicas. El último gran pedido se realizó en agosto con la exportación a Turquía de las mayores torres eólicas embarcadas hasta la fecha en Vigo y cuyas piezas procedían de Castellón, Ponferrada, Santander o Zaragoza. La consignataria Vasco Gallega tuvo que programar tres viajes para transportarlas.

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