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27 de octubre de 2011

Atlántico Diario

La Xunta paraliza la adquisición de capital en empresas por falta de recursos

La sociedad de capital riesgo Sodiga no tendrá fondos de la Consellería de Economía hasta, como mínimo, 2015. Se autogestionará para "prorrogar" las participaciones actuales
La planta de bioetanol de Abengoa en Teixeiro, la productora Filmax, las textiles Caramelo o Montoto, el Grupo Copo, Naviera de Galicia, Monbús, el balneario de Mondariz... Todos grandes entramados empresariales, muy vinculados a la comunidad y pilares de actividades productivas tradicionales o motores de la economía regional tienen o tuvieron en algún momento de su reciente trayectoria a la Xunta como socia. Desde los años 70, la Administración autonómica cuenta con la firma Sodiga -en la que también están presentes Novagalicia como herencia de las dos cajas, el Pastor y BBVA- como vehículo para la compra de acciones en compañías. Pero la crisis no cierra los ojos ni siquiera con la sociedad de capital riesgo más veterana de España. Los presupuestos del Gobierno gallego para 2012 no prevén destinar ni un euro nuevo a este tipo de operaciones, con la obligación de que Sodiga se abastezca de sus propios recursos y la previsión de que únicamente se dediquen a "prorrogar" participaciones que ya existen y "refinanciar" los préstamos participativos que estén también en vigor desde hace tiempo.

¿Y a cuánto ascienden esos fondos disponibles? Pues a 9,6 millones, de los que 3,6 se reservan, según figura en el proyecto de cuentas del próximo ejercicio, a la adquisición de paquetes y las más previsibles "prórrogas en la permanencia" en el capital de las empresas. Los otros 6 millones van destinados a la refinanciación de créditos.

El objetivo de Sodiga pasa por "proporcionar recursos" a medio y largo plazo, siempre sin vocación de permanencia "ilimitada", a firmas "con alto potencial de crecimiento, gestionadas por empresarios de reconocida solvencia profesional y que tengan relación con el desarrollo y consolidación de la economía y la industria de Galicia". Una inyección que supone "una fuente de financiación" para "la estabilidad financiera" y, a la vez, un plus de "credibilidad", el impulso a la "profesionalización en la gestión", la colaboración en la búsqueda de más dinero y apoyo a la internacionalización. Como cualquier sociedad de capital riesgo y lejos ya de la filosofía inicial de la entidad, creada en 1972 para la promoción del tejido productivo "en áreas económicamente deprimidas". De ahí también su denominación completa: Sociedad para el Desarrollo Industrial de Galicia.

"Debido a la situación actual de crisis -sostiene el Gobierno gallego-, son poco los proyectos adecuados a la finalidad para la que está concebida la sociedad". Ni la compra directa de títulos ni los préstamos, sobre todo participativos, que también vinculan a la Administración autonómica con el accionariado de la empresa. Los dos instrumentos, con una duración media de entre cinco y siete años. El cierre del grifo, además, no se ceñirá a este próximo ejercicio. "En las circunstancias actuales de crisis generalizada, y siguiendo el criterio de austeridad en la elaboración de los presupuestos instruidos por la Consellería de Facenda, no se solicita para el periodo 2012-2014 ninguna aportación de la comunidad autónoma -refleja el capitulo de Sodiga en el proyecto-. Para llevar a cabo las inversiones que contribuyan a la dinamización económica frente a la crisis, la sociedad contará con sus propios recursos generados".

Cero euros de ingresos

Los ingresos previstos, en todo caso, no ayudarán demasiado. Por la vía de participación en instrumentos de patrimonio, la recaudación prevista es de cero euros, al igual que en 2011 y frente a los casi 1,8 millones que se alcanzaron en 2010. De los créditos vendrá algo más de un millón de euros. Tras los 2,7 millones de euros que, previsiblemente, alcanzarán las plusvalías en el actual ejercicio, para el inmediato se contemplan tan solo 704.500 euros. En cuanto a los gastos, la partida supera los 1,1 millones de euros, que se van al pago de las comisiones de gestión -que recibe otra sociedad de la Xunta, XesGalicia, con la tutela de todas las sociedades de inversión autonómica-, auditoría de cuentas y "resto de servicios" exteriores. La normativa mercantil obliga a la Administración autonómica, como ocurre en las entidades financieras, a cubrir las pérdidas posibles en sus inversiones financieras. De las participaciones empresariales y los préstamos. Las provisiones en 2010 superaron los 8,2 millones de euros, otros 2 millones en este año y la intención es que en 2012 se queden por debajo de los 400.000 euros. Lo que ha provocado una caída importante del balance de la sociedad, de los 71 millones a 60,5. En el gasto está otra de las principales novedades en los fondos de inversión de la Xunta. Aunque la intención inicial era cambiar ya el pasado año el canon por la gestión que Sodiga paga a Xesgalicia -un 1,7% sobre todos los fondos auditados- parece que la transformación vendrá en 2012. En lugar de facturar por el "patrimonio desembolsado", la tarifa se aplicará al "patrimonio neto" ante la falta de nuevas operaciones.

Para hacerse una idea del enorme potencial, tanto económico como político que tuvo la Sociedad para el Desarrollo Industrial de Galicia (Sodiga) -reconocida oficialmente por la patronal del capital riesgo como la decana española-, basta las enormes polémicas que a finales de los años 70 levantaban los nombramientos de sus responsables.

El timón de la sociedad era para los partidos una puerta abierta al acercamiento a la sociedad y una baza política. Luego, tras la conversión total en un vehículo de participación en los noventa, y alimentada por los años de bonanza económica, Sodiga fue definitiva para una larga lista de compañías gallegas, más o menos en apuros en sus cuentas, y una presencia casi constante en grandes proyectos. Aunque luego no fueran adelante.

Es el caso de la famosa fábrica de papel tisú en la celulosa de Ence en Lourizán. O en el giro que la compañía coruñesa de moda Caramelo dio con el cambio de manos de la propiedad, de su familia fundadora al empresario Manuel Jove.

La delicada travesía en el desierto que atraviesa la economía gallega, nacional e internacional cambia la historia de Sodiga. No sin sorpresa. Desde que arrancó el segundo concurso eólico gallego, cuando los populares cambiaron el proceso a su llegada a San Caetano, desde la Consellería de Economía e Industria presentaron a la sociedad de capital riesgo como la receptora de todos los fondos que llegaran a manos de la Administración por la monetarización de los planes industriales asociados al reparto.

De aquellas empresas que recibieron menos megavatios de los que pedían y tenían la posibilidad de ofrecer el dinero proporcional. Fueron nueve promotores. La cantidad ascendía a más de 50 millones de euros, según reconoció el departamento.

La tijera se une al recorte previsto también en el Igape, que dispondrá de 136 millones en 2012, un 55% menos que este ejercicio. El capítulo con más ajuste es el de los préstamos a empresas, que pasan de 175 a 50 millones.

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