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30 de abril de 2014

La Opinion de La Coruña

La banca amarra el convenio de Pescanova con más del 60% de los votos


Los acreedores respaldan la propuesta y evitan que la empresa entre en liquidación - Deutsche Bank o HSBC se suman al acuerdo y consejeros independientes han sido "claves"   Bankinter o Unicaja ya habían votado en contra del documento antes de la modificación


La banca acreedora de Pescanova y sponsor de la propuesta de convenio, conocida como el grupo del G7, ha conseguido ya más del 60% de los votos favorables al texto a escasas horas (15.00 horas) de que termine el plazo que dio el juez para adherirse o no al mismo. Funcionó una especie de carretaxe de votos, un corre ve y dile financiero de trajes y corbatas para pedir el apoyo de última hora. El G7, la administración concursal y algunos consejeros independientes remaron hacia el mismo lado y lograron espantar la liquidación. Los bancos, que optan por la prudencia hasta que el acuerdo sea oficial, saben ya que tendrán que lidiar con un negocio que les es desconocido. Acaban de comprar la multinacional Pescanova.

Por la mañana la banca estaba "esperanzada" en lograr el voto favorable de la mayoría de los acreedores, pero era una sensación que no acababan de compartir algunos trabajadores. Pasadas las 20.00 horas, fuentes próximas a las entidades certificaron que estaba "hecho". A los votos del núcleo duro de la banca -Sabadell, Popular, NCG, CaixaBank, BBVA, Bankia y UBI Banca- se sumaron grandes entidades extranjeras como Deutsche Bank, Citigroup, HSBC, el ICO o la española Liberbank. Solo el banco alemán acumulaba créditos ordinarios por 127,7 millones, con lo que su apoyo fue más que relevante en esta operación. De acuerdo al inventario de acreedores elaborado por Deloitte, más de 500 millones de deuda financiera correspondían a las entidades del G7, aunque toda la deuda atrapada por Novagalicia Banco está calificada como subordinada y contingente y, por tanto, no puede votar.

Otros más de 600 millones de deuda están en manos de bancos tanto europeos como de países como Chile, Argentina o Noruega, así como entidades españolas más pequeñas como Catalunya Banc o Unicaja. Desde la banca siempre consideraron que, si lograban un acuerdo mejor que el que ofrecían Damm y Luxempart, serían capaces de "convencer" al resto de acreedores financieros. Antes de que el G7 asumiera la responsabilidad de ejecutar el convenio, ya habían votado en contra Bankinter, los chilenos del BCI, BES o Unicaja.

"Hubo trabajo nocturno, matutino y vespertino", ilustró una fuente conocedora del proceso. Y conforme bailaba el sol hacia el oeste, los mensajes fueron evidenciando que "la cosa va bien". "Creo que lo conseguiremos", expusieron desde las entidades a media tarde. El "está hecho" llegó pasadas las 20.00 horas con la "satisfacción" de haber superado el 50% requerido para aprobar el convenio. Desde las entidades reconocieron el trabajo de consejeros independientes, cuyo esfuerzo fue "clave" para lograr votos entre los acreedores. El todavía presidente de la entidad, Juan Manuel Urgoiti, podrá dejar la compañía con la satisfacción de haber impedido su liquidación.

A partir de ahora hay que esperar a que el juez cierre la ventanilla para recibir notificaciones de votos. A partir de ahí se abrirá el escrutinio, que puede dilatarse hasta la próxima semana. Así lo indicó también el conselleiro de Industria, Francisco Conde. "Las adhesiones pueden enviarse por correo y tienen que llegar al juzgado, así que igual se sabe el miércoles -por hoy- el resultado o igual no", afirmó. Luego deberá convocarse la junta general de accionistas y empezar a levantar la nueva Pescanova.



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