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30 de abril de 2013

Vigoempresa

ERAN OTROS FERNÁNDEZ

José Fernández López, un hombre del interior dedicado al sector cárnico, fue un emprendedor iluminado que a comienzos de la década de los sesenta apostó por el mar. Se le puede considerar nada menos que el "inventor" del pescado congelado, pionero mundial de la pesca en caladeros lejanos e inmediato procesado de las capturas a bordo.

Don José, como le llamaban sus colaboradores, era natural de Sarria, en Lugo. Los hermanos Fernández López - Manuel, Antonio, José y Concepción - fueron los continuadores de una tradición familiar de tratantes de ganado, actividad que ellos, después de que su padre, conocido como "Antón de Marcos", fallecido prematuramente, la iniciara con ahorros procedentes de la emigración a Cuba , acrecentaron orientándola hacia el sacrificio de animales en mataderos industriales propios y posterior distribución de productos cárnicos.

El fundador de Pescanova era un hombre con orígenes de pueblo, sencillo; pero con inquietudes culturales y cierta formación. Y a su manera un galleguista, dado que, aunque algunos se nieguen a aceptarlo, en el entorno del franquismo también había personas con ideas de país, que hicieron no poco por Galicia.

EXPANSIÓN EMPRESARIAL Y APOYO A INTELECTUALES

Los hermanos Fernández López formaban un equipo eficaz, bien avenido. En los años que duró la Guerra Civil fueron los principales suministradores de carne para la "zona nacional”, función logística muy bien recompensada tras la contienda, de modo que sus perspectivas empresariales se ampliaron tras la creación, a partir de los laboratorios vigueses Servet, de Zeltia, en 1939. A la que siguieron Frigolouro, en Porriño; y Frigsa, ésta en Lugo. Así como Titania, empresa dedicada a la exportación de wolframio a Alemania, durante la II Guerra Mundial. Después vendrían Transfesa (Transportes Ferroviarios Especiales) y Cementos del Noroeste. Más tarde fueron promotores de la Caja de Ahorros de Lugo, fundada en 1968.

De forma paralela, dieron cobijo en sus empresas a conocidos intelectuales gallegos represaliados - o que ellos salvaron de serlo - por el régimen franquista. Entre los que se encontraban Isidro Parga Pondal, Fidel Isla Couto, Ricardo Carballo Calero y Valentín Paz Andrade.

Los Fernández participaron de forma decisiva en la fundación de Editorial Galaxia. Y con su aportación económica impulsaron el Museo de Pontevedra.

LA GESTACIÓN DE PESCANOVA

José Fernández López pensó muy bien que el mar era enorme y desconocido. Que estaba lleno de peces que nadie aprovechaba porque se encontraban en caladeros muy lejanos y no existían barcos apropiados para tales singladuras, con los consiguientes problemas de conservación. Una buena solución sería congelar las capturas a bordo. Y los Fernández tenían conocimientos en este incipiente campo del frío industrial.

A finales de los años 50, José Fernández pasaba largas temporadas de trabajo en Vigo, alojándose en el desaparecido Hotel Universal, frente al Náutico. No demasiado conocedor de la actividad pesquera, buscó el asesoramiento de un Valentín Paz Andrade, abogado de armadores que dirigía una pequeña y voluntariosa revista dedicada al sector, Industrias Pesqueras.

EN DIEZ AÑOS, LA PRIMERA PESQUERA DE EUROPA

Pescanova se fundó en Junio de 1960, y al año siguiente ya contaba con los dos primeros buques arrastreros congeladores, el Lemos y el Andrade, que fueron enviados en sus viajes iniciales de prospección a las lejanas aguas de Argentina y de Sudáfrica. En noviembre de 1961 regresó el Lemos de latitudes sudamericanas con sus bodegas repletas; dos meses después lo hizo el Andrade, con 250 toneladas de merluza congelada procedente de Sudáfrica. El experimento había resultado altamente satisfactorio.

Así comenzaba una nueva etapa para la pesca mundial y para los astilleros de la Ría de Vigo, que en los años siguientes verían multiplicada su carga de trabajo gracias a los nuevos buques que encargaban también otros armadores que muy pronto quisieron seguir la buena estela de Pescanova.

Sólo diez años después de su creación, Pescanova ya se había convertido en una empresa de grandes dimensiones, que figuraba entre las cien mayores de España y que destacaba como la primera compañía pesquera de Europa.

(Sin olvidarnos de que los Fernández López fueron también los introductores del cultivo del Kiwi en el sur de Galicia, con unas primeras plantaciones experimentales en las proximidades de O Porriño)

De la actual generación, Manuel Fernández Sousa entró a presidir Pescanova en 1977, a cuyo consejo pertenecía su hermano José María, doctor en Ciencias Bioquímicas y diplomado en Dirección de Empresas, actual presidente de Zeltia, que en 1995 abandonó el cargo por fuertes discrepancias respecto a la gestión de la compañía. Tenía razón, porque al año siguiente se destaparon los graves problemas por los que atravesaba y tuvo que intervenir la Xunta de Fraga para salvarla de la absorción por la holandesa Unilever. Desde entonces los hermanos no se hablan, ni siquiera en actos familiares

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