La quiebra de la promotora aboca a un cambio del plan residencial de Massó
El alcalde dice que el nuevo proyecto tendrá que tener consenso político
La declaración del concurso voluntario de acreedores
presentado por la firma Residencial Marina Atlántica S.A., propietaria
de los terrenos y de la concesión del antiguo complejo conservero de
Massó, en la punta de O Salgueirón, abocará a la empresa a replantearse a
la baja el proyecto residencial y portuario al que aspiraba en su
momento, según confirman a La Voz fuentes de la empresa. Se trataba
inicialmente, en el año 2004, de una zona para 450 amarres para
embarcaciones y unas 750 viviendas a pie de ría. El alcalde de Cangas,
José Enrique Sotelo, aseveró ayer a La Voz que cualquier iniciativa que
pueda surgir en los próximos meses «deberá tener el consenso de los
grupos políticos, aunque no podemos renunciar a un plan urbanístico de
estas características y en una zona increíble».
El regidor puntualizó que en todo el tiempo de
mandato al frente del gobierno local, desde junio de 2011, no habían
tenido «ni el más mínimo contacto con la empresa». Residencial Marina
Atlántica es una firma presidida por el promotor local Ubaldino
Rodríguez Bello. En el capital social está también representada con peso
NCG Banco. En la información oficial del Registro Mercantil figura con
el 50%, pero algunas versiones aseguran que ejerce un control real
superior en la sociedad. La paulatina caída del negocio del ladrillo ha
acabado por arrastrar a esta promotora a una situación de insolvencia
actual o inminente, a pesar del plan cangués. La presentación y
aceptación por parte del Juzgado de lo Mercantil número 3 de Pontevedra,
con sede en Vigo, del concurso voluntario, indica, de inicio, que la
firma anuncia que ya no podrá cumplir con sus obligaciones de pago a los
acreedores, ni con sus deudas exigibles, o que no podría hacerlo a muy
corto plazo.
Esta modalidad también permite a los gestores
societarios actuales seguir controlando la empresa, salvo que sus
decisiones deben ser supervisadas por el administrador concursal único,
designado, a su vez, por el juez que tutela el caso. Según las cuentas
conocidas, la deuda total de la firma podría rondar los 2,8 millones de
euros, sumando los adeudos, a partes iguales, con proveedores y
entidades financieras, que tenía pendientes en diciembre del 2011.
Por otro lado, Marina Atlántica había solicitado a
la Autoridad Portuaria de Vigo prorrogar la suspensión temporal de su
concesión, al parecer vigente hasta el año 2030, señal de que los
directivos no renuncian al proyecto. El Puerto denegó su petición, ya
que había concedido con anterioridad, precisamente, una suspensión. En
términos económicos, el canon que paga Residencial Marina cada año al
Puerto, es de unos 44.0000 euros.
En los últimos tres años, la firma perdió más de
un millón de euros. Tras la crisis del ladrillo, en el 2008, Residencial
Marina Atlántica empeoró su resultado económico. Registró unas pérdidas
de 95.000 euros, que pasaron a 113.000 en 2010 y que se situaron en
868.000 euros en 2011. Su activo total es de 3,5 millones. El 80% de su
activo estaba financiado con deudas con el sistema financiero. El fondo
de maniobra (el dinero con el que básicamente trabaja la empresa para
sus pagos) era de menos de 2,8 millones. En septiembre pasado, hubo un
nuevo apunte financiero-económico, porque la sociedad redujo su capital a
la mitad, de 1,3 millones a 720.000 euros.
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