Faro de Vigo

"Devolver las ayudas del anterior ´tax lease´ llevaría al 90% de los astilleros al cierre"

"La reforma laboral favorece la sensatez; es mucho más importante la flexibilidad que los salarios" - "En Noruega no se aceptan avales de muchos bancos españoles"

Álvaro Platero (Castropol, Asturias, 1960), de Astilleros Gondán, es el presidente de Pymar, la sociedad privada que agrupa a los pequeños y medianos astilleros españoles. La Comisión Europea (CE) aprobó el pasado miércoles el nuevo sistema de incentivos fiscales para la construcción naval, el denominado tax lease. Ha sido año y medio de lucha y búsqueda de soluciones con una enorme repercusión económica para esta industria.

-¿Cómo se puede prolongar tanto en el tiempo la resolución de una cuestión tan importante y de tanta repercusión económica como el tax lease?

-No lo sé. Nosotros propusimos tres esquemas distintos para encontrar una solución. Defendimos que el que habían denunciado era legal, después presentamos otro similar al esquema francés que tampoco nos aceptaron, y por último presentamos el actual que la UE viene a decir que sí es compatible. Por fin.

-¿Cuál cree que es el origen del conflicto?

-La asociación de astilleros holandeses nos denunció afirmando que los incentivos que se daban a los astilleros españoles no eran válidos. No se entiende, porque otros, como ellos, también tienen figuras similares. La denuncia la interpusieron ante Competencia en Bruselas, donde está Joaquín Almunia, que tuvo que actuar de oficio y paralizar el tax lease. Los astilleros españoles somos muy competitivos en calidad, tecnología y precio. Con la denuncia en la UE consiguieron sacarnos del mercado durante año y medio.

-¿Molestaban a sus competidores del norte?

-Bueno, España perdió en ese tiempo la contratación de unos 50 barcos, más o menos los mismos en que aumentó la contratación en Holanda y Noruega. Esto es así, ahí están los números.

-En metálico, ¿de cuánto dinero estamos hablando?

-Es difícil de cuantificar, porque depende del tipo de barco y de sus características. Se puede poner una media de unos 50 millones de euros por barco.

-¿La paralización de dichas bonificaciones pudo provocar el cierre de astilleros?

-No sé si la provocó, pero sí la agravó. La crisis también afectó al sector naval y si encima no se podían coger contratos... Hubo astilleros que entraron en concurso de acreedores y que finalmente tuvieron que cerrar.

-¿Y qué repercusión tuvo en el empleo?

-El empleo directo en los astilleros no es muy significativo, pero sí el inducido. Se calcula que hay unas 48.000 personas que dependen de este sector, pero como mucho se mueve en las auxiliares y estas trabajan para distintos clientes, es muy difícil hacer esos números.

-¿Emplazara entrar carga de trabajo con carácter inmediato?

-El nuevo tax lease no entrará en vigor de inmediato, porque hay que hacer modificaciones legislativas en tributos y negociar la letra pequeña. Y falta también la resolución del sistema anterior y que se resuelva sin la devolución de las ayudas anteriores.

-Otro frente.

-Estamos intentando demostrar que la seguridad jurídica y la confianza legítima nos amparan, porque nosotros trabajábamos con la legislación española vigente.

-¿Qué impacto puede tener la devolución de las ayudas anteriores?

-El importe sería una barbaridad de dinero. El 90% de los astilleros españoles tendrían que cerrar. A eso habría que sumar las consecuencias para los inversores, los bancos, los armadores.... Sería una debacle. En Pymar ni nos lo planteamos. Llevo un año y medio dejándome la piel para resolver este conflicto, porque si sale mal, será la quiebra del sector en España. Pero nosotros seguimos peleando y esperamos que en dos meses se solucione la tramitación legal.

-¿Le gusta la reforma laboral que ha aprobado el PP?

-Favorece la sensatez. Lo que está pasando ahora no es un problema laboral, sino de crisis económica. Esta reforma laboral permite una flexibilidad muy necesaria.

-Pero pese a la filosofía de la flexibilidad, siguen aumentando los despidos.

-El despido libre es una barbaridad socialmente hablando, pero cuando no hay carga de trabajo, las empresas necesitamos instrumentos que nos permitan mantener a flote el negocio. Si se puede despedir con facilidad, también es mucho más fácil que se produzcan contrataciones en cuanto aumenta la carga de trabajo, porque el empresario no se mirará tanto pensando que si hay más problemas de pedidos se agravarán con la plantilla. Ese temor hace que no se contrate

-¿Usted cree que los salarios son altos y que agravan el problema?

-Es mucho más importante la flexibilidad laboral que los salarios. Es cierto que en España tenemos que cambiar todos de mentalidad, y que hemos vivido muy por encima de nuestras posibilidades, con contratos leoninos y muy estrictos. Los salarios hay que controlarlos, como todas las áreas de una empresa. Pero son todas las rigideces en su conjunto las que contribuyen a que las cosas no funcionen bien. Hay que ser flexibles y adaptarse en todas las áreas.

-Uno de los grandes problemas para las empresas es la falta de crédito. ¿Será el siguiente escalón a superar por los astilleros?

-Un problema tan importante como el crédito son los avales. En nuestro sector, la financiación muchas veces viene resuelta ya por el armador, así que el problema es con los avales de devolución que exigen. Por ejemplo, hay bancos noruegos que no aceptan a muchos bancos españoles. En este sentido, necesitamos que el ICO ayude al sector naval con este tipo de garantías, y en breve firmaremos un acuerdo. También necesitamos la ayuda del Cesce (Compañía española de seguros de crédito a la exportación, cuyo mayor accionista es el Estado).

-El futuro está en la internacionalización, y ahí se van a volcar enormes esfuerzos....

-Hay que tener cuidado. Se está contando esto como si fuera lo más fácil del mundo, y para salir a vender al exterior no se puede ir de cualquier manera. Una empresa con diez trabajadores no podría. Hay que tener cierto tamaño, un nivel de gestión, conocimientos del mercado, idiomas...