Atlantico Diario

La quiebra de la promotora alarga la ruina de Massó

El alcalde de Cangas lamenta que “es una pena” porque la vieja ballenera seguirá abandonada

 

“La empresa no se puso en contacto con nosotros ni una sola vez en el año y medio que llevamos al frente del gobierno local”. Así valoraba ayer el alcalde de Cangas, José Enrique Sotelo, la noticia de la suspensión de pagos de la empresa Marina Atlántica, promotora de Massó desde 2004 pero que nunca llegó a ejecutar en la antigua ballenera su proyecto de construir medio millar de puntos de amarre y una urbanización de 750 viviendas.

Tras un largo proceso que se mezcló con un problema de impago con la Autoridad Portuaria de Vigo y la petición a este organismo de la enésima prórroga de una suspensión temporal de la concesión, fue el juzgado de lo Mercantil número 3 el que declaró el concurso voluntario de la empresa, presidida por Ubaldino Rodríguez. Fuentes de la empresa reconocieron y lamentaron la situación concursal en la que se encuentra y señalaron que buscan soluciones.

La quiebra de la empresa alarga todavía más la penosa situación en la que se encuentra el inmueble, que en las últimas semanas ha salido de nuevo en los medios de comunicación tras darse a conocer que albergaba fiestas clandestinas organizadas por los jóvenes de la localidad. La última de ellas, con motivo de la celebración de Halloween, coincidió en el tiempo con la tragedia del Madrid Arena y la Policía Local abrió una investigación para tratar de impedir celebraciones futuras que pongan en riesgo a los participantes dado el estado ruinoso del inmueble.

De hecho, Sotelo reconoce que “la seguridad del edificio” es su única preocupación al respecto de Massó ya que, subraya, “nos enteramos de la suspensión de pagos por la prensa y se trata de una empresa privada sin ninguna vinculación con el Concello aunque esta situación a la que ha llegado seguramente fuese provocada por el impago a la empresa que efectuaba las obras en Massó”.

En todo caso, recuerda que la concesión es de la Autoridad Portuaria de Vigo y que el gobierno local se limitó, en este caso, a otorgar la licencia para la construcción del puerto deportivo y la urbanización, que siempre fue rechazada por los vecinos con numerosas movilizaciones que forzaron la renuncia de la empresa al proyecto casi tanto como la situación económica.

Desde entonces, indica el regidor, “han cambiado mucho las cosas en el aspecto urbanístico ya que cuando se otorgó la licencia no existía el Plan de Ordenación del Litoral que rige ahora”. “No hay nada que hacer ni tampoco podemos lamentarnos por lo que pudo ser y no es pero en lo que todos coincidimos es que es una pena que el edificio esté en el estado que está y es algo que nos preocupa”, concluyó.