Pemex siembra dudas sobre los contratos con Barreras y Navantia
La petrolera mexicana desvela que los acuerdos para construir dos floteles tienen una “cláusula de suspensión” y rebaja el “acuerdo estratégico” de Feijóo
El “acuerdo estratégico” firmado por la Xunta y Pemex no es lo que
parecía. Quien lo desvela es la propia petrolera, dejando claro que si
el pacto salvador del naval pudo ser inflado por el Gobierno gallego por
producirse en plena precampaña, puede desinflarse con la misma
facilidad cuando cambie el Gobierno mexicano. Pemex admite que no todo
lo publicitado por la Xunta es definitivo, pero lo reconoce solo después
de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que asumirá el
poder el 1 de diciembre, expresase sus dudas sobre esos acuerdos.
El máximo responsable de Pemex, Juan José Suárez Coppel, salió al paso
el jueves por la noche de las críticas formuladas dos días antes por el
PRI. Lo que se concluye de sus palabras, de la posterior nota de prensa
de Pemex y de la reacción de la Xunta es que parte de lo prometido (14
remolcadores y base logística en A Coruña) está aún en negociación y que
incluso lo ya firmado (dos buques hotel) podría peligrar, pues cuenta
con unas enigmáticas “condiciones suspensivas”.
Suárez Coppel activó las alarmas al asegurar que Pemex “no ha firmado
nada de los floteles”, en referencia a los buques hotel que construirán
Barreras y Navantia por 300 millones de euros. La afirmación es cierta,
pero incompleta. Porque no es Pemex sino PMI, su filial de comercio
internacional, la que ha firmado los contratos para luego poner los
barcos a disposición de Pemex. Así lo ratifican fuentes de la petrolera,
que insisten en la “vigencia absoluta” de lo firmado por PMI con
Barreras y Navantia. Y lo reiteran tanto los dos astilleros gallegos
(“es un contrato mercantil que obliga a las partes”) como el presidente
Feijóo (“hay contrato y hay financiación porque PMI es quien financia
los barcos”).
La Xunta asegura que no hay problema por que PMI contrate los barcos
aunque Pemex aún no se haya comprometido a usarlos, como admitió Suárez
Coppel. Y fuentes de Pemex aseguran que incluso en ese caso PMI tiene
libertad para alquilarlos a otras petroleras. Pero en su intervención
Suárez Coppel, por iniciativa propia, desveló que “lo que se firmó con
Galicia tiene condiciones suspensivas en función de que sea la oferta
más conveniente para [Pemex]“. No fue un lapsus verbal, ya que la nota
de prensa posterior de Pemex insiste en que “los contratos, plenamente
válidos, incluyen cláusulas suspensivas que entrarán en vigor en los
tiempos acordados”.
Según Feijóo y fuentes de Pemex, esas condiciones son habituales en
contratos de este tipo. La Xunta apunta que se refieren a que “los
consejos de administración de Navantia, Barreras y PMI ratificarán el
acuerdo ya firmado”. Pero ninguna de las partes implicadas fue capaz de
descartar que esas cláusulas, desveladas por Suárez Coppel solo después
de las críticas del PRI, no puedan ser empleadas por el nuevo Gobierno
para dar marcha atrás a unos contratos que ya ha dicho que no le gustan.
Desentrañado el cruce de declaraciones sobre lo ya firmado, lo que la
Xunta no se ha esforzado en desmentir es que el “acuerdo estratégico”
con Pemex, que incluía los dos buques ya contratados pero también 14
remolcadores y una base logística en el puerto de A Coruña, está en el
aire. El máximo responsable de la petrolera se refirió a ese acuerdo
como “pláticas”, conversaciones previas en las que se ha tenido en
cuenta la calidad de los astilleros gallegos y su ubicación pero sin
ningún compromiso firme.
Feijóo obvió ayer la incertidumbre que pesa sobre las promesas de
hace cuatro meses y se centró en otro de los anuncios de Suárez Coppel,
quien avanzó que Pemex necesita adquirir 131 buques. El presidente
gallego insinuó que en esta situación aspira a más que los 14
remolcadores anunciados y que “Galicia no está pensando en los contratos
que ya tiene”, en referencia a los floteles, sino en “seguir
consiguiendo barcos, hacer más barcos para Pemex o PMI” de esos 131 que
necesita.
Pero desde México se avisa de que la tarea no será sencilla. En su
rueda de prensa, Suárez Coppel compareció con representantes de
astilleros mexicanos, que intentarán quedarse todos los contratos
posibles, incluidos los floteles que se dan por seguros en Galicia.
“Estamos listos para construirlos”, aseguraron, sin que lo desmintiera
nadie de Pemex. Es más, el director de PMI, José Manuel Carrera, matizó
que “lo que tenemos es un muy buen entendimiento con el Gobierno de
Galicia, de que aquellas lanchas, buque-tanques o remolcadores en que
sea muy conveniente hacerlas allá en términos de precio y tecnología,
las haremos allá; las que podamos hacer aquí, las haremos aquí”.
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