Barreras plantea recortar 50 empleos en su plan de negocio, un 40% de la plantilla
También rebajará los sueldos entre un 21% y un 81%
El plan de viabilidad de Barreras, en suspensión de pagos desde el pasado julio, incluye el recorte de cincuenta empleos (casi el 40% de la plantilla), una rebaja de salarios de entre el 21% y el 81% y la condonación del 95% de la deuda contraída con los acreedores, lo que en la práctica supondría pagar 3,75 millones de euros de los 75 que debe. El empresario vigués José García Costas, propietario del 20% de las acciones del astillero, fue el encargado de exponer las bases del plan a trabajadores y acreedores. El comité de empresa ya dejó claro que no aceptará ningún planteamiento que incluya recortes "en una plantilla ya exigua". Los portavoces de la plataforma de acreedores del astillero prefirieron no valorar la propuesta de quita, a la espera de celebrar una reunión con todos los empresarios afectados.
García Costas explicó que todo plan de viabilidad requiere un esfuerzo, y que "el primero que va a hacer ese esfuerzo soy yo, que soy acreedor de Barreras con unos 4,5 millones de euros".
No obstante, al menos en lo que respecta a la parte social, el esfuerzo exigido a la plantilla fue tachado de "inaceptable" por los miembros del comité de empresa. "La dirección del astillero quiere sustentar el plan de viabilidad únicamente en una quita de la deuda y en los recortes sociales", denunció Sergio Gálvez, presidente del comité (de UGT). "Más que un plan de viabilidad ha presentado una bomba", aseguró Ramón Sarmiento, de CC OO, quien criticó que la empresa no les haya entregado el plan de negocio "íntegro", en referencia a que a los trabajadores no se les ha informado de cuánto será la ampliación de capital ni quiénes serán los nuevos socios.
El mayor accionista de Barreras (junto con Ignacio Lachaga, presidente de Albacora) se reunió por la mañana con el comité de empresa, acompañado por el presidente del astillero, José Francisco González Viñas, y un asesor fiscal (Juan González). García Costas admitió a la plantilla el desencuentro que tuvo con la cúpula del astillero por la mala gestión de Barreras, lo que obligó a realizar una auditoría de todas las cuentas desde la privatización, a finales de los noventa. Y a renglón seguido expuso las propuestas que afectan a la parte social de su informe.
Éstas incluyen adelgazar la plantilla desde los 130 trabajadores actuales a 80; una rebaja de salarios de entre el 21% y el 81%, que se aplicará proporcionalmente en función de las remuneraciones; la modificación del convenio colectivo para eliminar todos aquellos conceptos variables vinculados al salario, y la supresión de las compensaciones asignadas a los prejubilados de la compañía (para los menores de sesenta años) si derivan en costes, lo que afectaría a unas cien personas. También se reducirá el número de directivos de la cúpula del astillero de Coia, que pasaría de ocho a uno. Fuentes sindicales aseguran que solo mantendría su puesto el director comercial: Ernesto Seidel. En cuento a posibles contratos, García Costas señaló que existen contactos con Armas, Albacora y el Santander, propietario de tres barcos en construcción del disuelto Astilleros de Sevilla.
Los sindicatos coinciden en que la empresa podría haber hecho una propuesta de máximos para iniciar la negociación, pero aseguran que se ha exagerado. "Así no van a conseguir el apoyo social que se requiere al día siguiente de superar el concurso de acreedores", apuntan desde CC OO. Los sindicatos también ven completamente fuera del astillero a su todavía presidente.
García Costas mantuvo por la tarde otra reunión con los portavoces de la plataforma de acreedores del astillero. A estos les trasladó una propuesta de quita del 95% sobre la deuda contraída, que ya asciende a 75 millones (el último dato consolidado por la autoridad concursal). De aceptar esa quita, supondría que el astillero solo tendría que pagar 3,75 millones de los 75 que debe a seis años. Los portavoces de la plataforma declinaron valorar la oferta de la propiedad de Barreras hasta convocar una junta de acreedores y trasladar la información a todos los afectados.
Tampoco a los acreedores se les facilitó información sobre los planes de ampliación de capital del astillero vigués o los posibles accionistas. De todas formas, García Costas matizó que el plan de viabilidad se "retocará" en función de futuras reclamaciones. "Las cifras que se reflejan no son definitivas", concluyó.
García Costas explicó que todo plan de viabilidad requiere un esfuerzo, y que "el primero que va a hacer ese esfuerzo soy yo, que soy acreedor de Barreras con unos 4,5 millones de euros".
No obstante, al menos en lo que respecta a la parte social, el esfuerzo exigido a la plantilla fue tachado de "inaceptable" por los miembros del comité de empresa. "La dirección del astillero quiere sustentar el plan de viabilidad únicamente en una quita de la deuda y en los recortes sociales", denunció Sergio Gálvez, presidente del comité (de UGT). "Más que un plan de viabilidad ha presentado una bomba", aseguró Ramón Sarmiento, de CC OO, quien criticó que la empresa no les haya entregado el plan de negocio "íntegro", en referencia a que a los trabajadores no se les ha informado de cuánto será la ampliación de capital ni quiénes serán los nuevos socios.
El mayor accionista de Barreras (junto con Ignacio Lachaga, presidente de Albacora) se reunió por la mañana con el comité de empresa, acompañado por el presidente del astillero, José Francisco González Viñas, y un asesor fiscal (Juan González). García Costas admitió a la plantilla el desencuentro que tuvo con la cúpula del astillero por la mala gestión de Barreras, lo que obligó a realizar una auditoría de todas las cuentas desde la privatización, a finales de los noventa. Y a renglón seguido expuso las propuestas que afectan a la parte social de su informe.
Éstas incluyen adelgazar la plantilla desde los 130 trabajadores actuales a 80; una rebaja de salarios de entre el 21% y el 81%, que se aplicará proporcionalmente en función de las remuneraciones; la modificación del convenio colectivo para eliminar todos aquellos conceptos variables vinculados al salario, y la supresión de las compensaciones asignadas a los prejubilados de la compañía (para los menores de sesenta años) si derivan en costes, lo que afectaría a unas cien personas. También se reducirá el número de directivos de la cúpula del astillero de Coia, que pasaría de ocho a uno. Fuentes sindicales aseguran que solo mantendría su puesto el director comercial: Ernesto Seidel. En cuento a posibles contratos, García Costas señaló que existen contactos con Armas, Albacora y el Santander, propietario de tres barcos en construcción del disuelto Astilleros de Sevilla.
Los sindicatos coinciden en que la empresa podría haber hecho una propuesta de máximos para iniciar la negociación, pero aseguran que se ha exagerado. "Así no van a conseguir el apoyo social que se requiere al día siguiente de superar el concurso de acreedores", apuntan desde CC OO. Los sindicatos también ven completamente fuera del astillero a su todavía presidente.
García Costas mantuvo por la tarde otra reunión con los portavoces de la plataforma de acreedores del astillero. A estos les trasladó una propuesta de quita del 95% sobre la deuda contraída, que ya asciende a 75 millones (el último dato consolidado por la autoridad concursal). De aceptar esa quita, supondría que el astillero solo tendría que pagar 3,75 millones de los 75 que debe a seis años. Los portavoces de la plataforma declinaron valorar la oferta de la propiedad de Barreras hasta convocar una junta de acreedores y trasladar la información a todos los afectados.
Tampoco a los acreedores se les facilitó información sobre los planes de ampliación de capital del astillero vigués o los posibles accionistas. De todas formas, García Costas matizó que el plan de viabilidad se "retocará" en función de futuras reclamaciones. "Las cifras que se reflejan no son definitivas", concluyó.
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