El Ejecutivo lleva a Bruselas hasta cuatro alternativas para sustituir el "tax lease"
El sector reclama al Gobierno medidas transitorias antes de finales de septiembre para salvar nuevos pedidos
El Gobierno presentó ante la Comisión de la Competencia de la UE tres o cuatro alternativas diferentes al sistema financiero de los astilleros españoles, conocido como tax lease. Este es uno de los pocos datos que el Ministerio de Economía y Hacienda comunicó al sector naval vigués. Del contenido de las propuestas no se sabe nada por el momento, aunque algunas fuentes afirman que el Ejecutivo habría recurrido a expertos del Banco Santander –uno de los principales estructuradores financieros en este campo– para que le asesorase en las nuevas propuestas.
Los astilleros gallegos esperan que el plazo de la resolución de Bruselas no sea excesivamente largo y afecte a los nuevos contratos, ya que en estos momentos se tiene confianza en que la paralización del tax lease no afectará a la obra en curso de forma retroactiva.
Aún así, el que los barcos en construcción no se vean afectados por una posible resolución negativa por parte de Bruselas no aclara en manera alguna el futuro del sector.
El temor que las empresas de construcción naval tienen en estos momentos es que el Ejecutivo no aplique medidas en un plazo más allá de lo que sería razonable. Esto es, si a finales del mes de septiembre no estuvieran en marcha estas medidas sustitutivas, los astilleros se verán asfixiados. "Si los astilleros de la comarca de Vigo somos incapaces de presentar ofertas competitivas durante unos meses, no hay duda de que los armadores buscará otros astilleros. Una vez que ocurra esto tendremos muy difícil que vuelvan a construir aquí. Los habremos perdido", sentencian fuentes del sector.
Hasta el momento el Gobierno español no ha presentado ninguna opción a las empresas propietarias de los astilleros para que estos a su vez puedan indicarle la hoja de ruta a sus clientes. El temor del sector está ahora en que la proximidad de la campaña electoral o la modificación de la Constitución para fijar un techo de déficit, deje de un lado al sector como tantas veces a ocurrido.
La parálisis de los astilleros, que no son más que empresas de síntesis, amenaza a una estructura industrial formada por más de 300 pequeñas y medianas empresas, que son las que proporcionan el mayor número de empleos.
La gran mayoría de estas empresas han presentado expedientes de regulación de empleo, mientras que otras muchas han diversificado su actividad y han entrado en otros sectores o se han planteado su salida al extranjero. "Si el entramado industrial del naval se diluye o se apaga, en unos meses no tendremos capacidad para reaccionar ante nuevos pedidos. Lo urgente en estos momentos es mantener la industria auxiliar en pie. Esto se puede hacer a corto plazo, pero no por mucho más tiempo", advierten desde el sector.
Los astilleros gallegos esperan que el plazo de la resolución de Bruselas no sea excesivamente largo y afecte a los nuevos contratos, ya que en estos momentos se tiene confianza en que la paralización del tax lease no afectará a la obra en curso de forma retroactiva.
Aún así, el que los barcos en construcción no se vean afectados por una posible resolución negativa por parte de Bruselas no aclara en manera alguna el futuro del sector.
El temor que las empresas de construcción naval tienen en estos momentos es que el Ejecutivo no aplique medidas en un plazo más allá de lo que sería razonable. Esto es, si a finales del mes de septiembre no estuvieran en marcha estas medidas sustitutivas, los astilleros se verán asfixiados. "Si los astilleros de la comarca de Vigo somos incapaces de presentar ofertas competitivas durante unos meses, no hay duda de que los armadores buscará otros astilleros. Una vez que ocurra esto tendremos muy difícil que vuelvan a construir aquí. Los habremos perdido", sentencian fuentes del sector.
Hasta el momento el Gobierno español no ha presentado ninguna opción a las empresas propietarias de los astilleros para que estos a su vez puedan indicarle la hoja de ruta a sus clientes. El temor del sector está ahora en que la proximidad de la campaña electoral o la modificación de la Constitución para fijar un techo de déficit, deje de un lado al sector como tantas veces a ocurrido.
La parálisis de los astilleros, que no son más que empresas de síntesis, amenaza a una estructura industrial formada por más de 300 pequeñas y medianas empresas, que son las que proporcionan el mayor número de empleos.
La gran mayoría de estas empresas han presentado expedientes de regulación de empleo, mientras que otras muchas han diversificado su actividad y han entrado en otros sectores o se han planteado su salida al extranjero. "Si el entramado industrial del naval se diluye o se apaga, en unos meses no tendremos capacidad para reaccionar ante nuevos pedidos. Lo urgente en estos momentos es mantener la industria auxiliar en pie. Esto se puede hacer a corto plazo, pero no por mucho más tiempo", advierten desde el sector.
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