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24 de febrero de 2011

China compra por primera vez el 100% de una industria gallega

Gándara Censa pasó ayer a manos de Citic por 43 millones de euros

Gándara Censa, una de las empresas de calderería pesada referente por su exportación (destina el 100% de su producción al mercado extranjero) se convirtió ayer en la primera compañía gallega que ha pasado en su totalidad a manos chinas.

Después de casi un año de negociación, y tras el preacuerdo firmado el pasado 5 de enero en la Moncloa, el consorcio asiático Citic Heavy Industries, participado por el propio Gobierno chino, formalizó la operación de compra de las instalaciones de la planta, situada en el municipio de O Porriño, por valor de 43 millones de euros (59,7 millones de dólares), según fuentes del Gobierno español. Sin embargo, ni su ex propietario, el presidente del Real Club Celta de Vigo, Carlos Mouriño, ni la cabeza visible de los nuevos dueño, Qinxin Ren, en su calidad de presidente de la multinacional, quisieron confirmar el importe final.

Un futuro mejor 

¿Quién es Citic Heavy Industries? Según explicó ayer su presidente, se trata de la división especializada en maquinaria pesada para la extracción de mineral que está integrada en un consorcio, Citic Gruop, con cerca de 40 filiales repartidas por Asia, América del Norte (EE. UU. y Canadá) y Australia, y que está iniciando su penetración en Sudamérica (Argentina y Brasil). «Nuestra intención es trabajar para que la planta española tenga un futuro mejor y más desarrollo», afirmó Qinxin Ren tras cerrar la compra.

El nuevo propietario de Censa garantizó la estabilidad de los casi 300 puestos de trabajo de la planta de O Porriño, pero se guardó el plan industrial que le tiene preparado. «Una vez cerrada la compra haremos un estudio para ver de qué forma se podría llevar a cabo un mejor desarrollo y para ver si es necesario ampliar plantilla, hacer más inversiones o ampliar la fábrica», dijo.

Tras desprenderse de la compañía (el 65% de las acciones), Carlos Mouriño, por su parte, calificó la operación como «una buena oportunidad». «Tanto para para nosotros como también es una magnífica oportunidad para que nuevas compañías de ese país asiático acudan a este territorio», afirmó. La entrada china en el 100% del capital de Gándara Censa pone punto y final a una compañía nacida en 1965 y que llegó a estar hasta en tres ocasiones al borde de la quiebra. La empresa calderera pasó por diferentes propietarios (Vulcano y Duro Felguera, entre otros), y requirió la intervención directa de la Xunta en el año 2002. Tras negociar con los acreedores, la solución llegó con la entrada del presidente del Celta como accionista. El reto ahora era crecer y competir con Asia o desaparecer. La fusión de ambas opciones ha dado como resultado una nueva Censa, ahora en manos chinas.

«Nuestra idea es trabajar para que la fábrica tenga más desarrollo y un futuro mejor»

Qinxin Ren

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