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23 de enero de 2011

 

La patronal del textil impulsa un proceso de fusiones entre pymes para blindar su futuro

Las agrupaciones analizan con el Ministerio de Industria la concesión de fondos para identificar qué compañías podrían liderar los nuevos grupos


J. CARNEIRO - VIGO El modelo tradicional de negocio del textil ha quedado obsoleto. La mayoría de las empresas, salvo los grandes grupos como Inditex, carecen de tamaño suficiente para superar con éxito los retos a los que se enfrenta esta industria, como la internacionalización. Para garantizar la supervivencia de las pequeñas y medianas empresas, que siguen representando el grueso de este sector, la patronal española del textil –en colaboración con la gallega– ha dado los primeros pasos para impulsar un proceso de concentración de pymes, con el fin de crear plataformas empresariales capaces de resistir en un mercado tan competitivo.
La Federación Española de Empresas de la Confección (Fedecon), de la que es vicepresidente José Antonio Conde (de la firma coruñesa Alba Conde), presidente de la Confederación de Industrias Textiles de Galicia (Cointega), ha mantenido ya varias reuniones con el Ministerio de Industria para analizar la posibilidad de incentivar esta nueva reconversión del negocio textil. La patronal gallega quiere llevar la delantera en este proceso, empezando por la identificación de aquellas empresas con capacidad para encabezar estas nuevas plataformas multimarca.
Salvando todas las distancias, el textil gallego aspira a consolidar grupos con una estructura similar a la del consorcio francés Louis Vuitton (LVMH): con una imagen de cabecera (Louis Vuitton) y decenas de marcas asociadas (Loewe, Kenzo, Givenchy, Tag Heuer, Zenith), que mantienen cierta independencia y comparten infraestructura. “La mediana empresa no tiene masa crítica suficiente para aguantar sola. Y las que lo han conseguido hasta ahora es porque son firmas familiares con una larga tradición”, explica Alberto Rocha, secretario general de Cointega.

Fragmentación

No obstante, ese plus de resistencia se está agotando. Basta con echar un vistazo a la radiografía del textil en Galicia para comprender el grado de fragmentación de este sector. Según datos de 2009, el negocio de la moda estaba compuesto por 549 empresas, de las que solo tres (Inditex, Sociedad Textil Lonia–STL– y Adolfo Domínguez) acaparan el 90% de la facturación. Es más, el 62% de las empresas (344) no supera el millón de euros en ventas al año, pese a que en la mayoría de casos las compañías tienen una antigüedad superior a quince años.
En la comunidad, los polos de Arteixo, con el gigante Inditex como referente indiscutible, y Ourense, con STL (Carolina Herrera, Purificación García) y Adolfo Domínguez, son los que mejor han resistido el envite de la crisis. En el caso de STL, la firma ourensana mantiene una fuerte expansión por EE UU.
Por el contrario, la provincia de Pontevedra ha sido la más castigada en los últimos dos años, sobre todo en la zona de Lalín (con la crisis de Montoto) y en Vigo-Redondela. En la ciudad olívica, la cooperativa Texvigo tiene a la venta varias naves y han cerrado firmas como María Mariño. Este deterioro en la industria textil pontevedresa se reflejó sobre todo en los datos de las exportaciones, que bajaron a menos de la mitad en 2009.
Los procesos de concentración ya se han iniciado a nivel de patronales. En Galicia, la Asociación Textil Gallega (Atexga) se integró el año pasado en la Confederación de Industrias Textiles de Galicia (Cointega), consolidando una única voz de referencia a nivel autonómico, proceso fomentado por la Consellería de Economía e Industria. Y a nivel nacional se camina hacia algo parecido. Las patronales españolas de confección, género de punto y calzado mantienen en la actualidad negociaciones avanzadas para resguardarse bajo el mismo paraguas. Fedecon y el Ministerio de Industria volverán a reunirse las próximas semanas para abordar de nuevo este proceso de concentración de pymes del textil.

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