La mitad del naval de Vigo cae en regulación de empleo

Los ERE afectan ya a 1.500 empleos de astilleros y auxiliares

El guión estaba escrito desde hace meses y se está cumpliendo al pie de la letra. Los grandes astilleros de la ría de Vigo se están quedando sin carga de trabajo y todo el tejido industrial auxiliar que los sostiene empieza a tambalearse.

Los cuatro buques contratados en el 2010 no llegan ni para mantener activa la mano de obra en Hijos de J. Barreras y mucho menos en Factorías Vulcano, en proceso concursal. Ambas firmas, que acapararon el 35% de la construcción naval española en el 2007 y el 2008, enviarán a casa este año a 262 trabajadores de forma rotatoria, a medida que vayan concluyendo las entregas (dos buques en Barreras y uno en Vulcano) y mientras no se cierran nuevos pedidos. A eso hay que sumar el expediente de regulación de empleo (ERE) para 300 trabajadores en la división de fibra de vidrio de Rodman Polyships.

Los paros técnicos de los constructores han hecho arreciar los ERE en todos los niveles de subcontratistas que viven del naval (empresas de diseño técnico, soldadura, calderería, montajes metálicos, tubería, electricidad...) hasta sumar más de 50 paros técnicos, según la Xunta, que afectan a más de 1.500 trabajadores.

Pero la cifra irá a más a lo largo de los próximos meses porque la fecha de la recuperación, prevista inicialmente a partir del verano del 2011, no está del todo clara. «Hay muchos ERE presentados, pero hay otros muchos que se están negociando. Las más afectadas son las grandes empresas, porque son las que tienen empleo fijo», explica Ramón Sarmiento, secretario de Industria de CC.?OO. El sindicalista estima que «a lo largo del primer semestre del 2011 el 80% de las empresas estarán en regulación de empleo. 
Esto en lo que se refiere a empleo fijo, ya que antes de llegar a este punto el impacto de la crisis se cebó en la mano de obra eventual, a día de hoy reducida a cero, tras eliminar, mediante un goteo constante, 4.000 puestos de trabajo desde principios del 2009. Y sin embargo, no hay conflictos en un sector especialmente reivindicativo. ¿Por qué? Sarmiento explica que, en esta ocasión, no existe un conflicto de intereses entre patronal y sindicatos. Aclara que la reconciliación es una necesidad para transmitir confianza a los armadores. «Sabemos que los nuevos contratos vendrán, en un 90% de los casos, de la mano de armadores que ya están aquí», dice.