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7 de mayo de 2018

La Voz de Galicia

El capital buitre sobrevuela Vulcano, preparado ante una posible liquidación

Varios meses de retraso en el ferri para Transmediterránea penalizan aún más al astillero, que se encamina a la quiebra

La salvación de Factorías Vulcano sería su venta inminente, antes de que entregue el ferri que está construyendo para Transmediterránea -ahora propiedad de la naviera canaria Armas-, porque después, sin pedidos en cartera y sin poder contratar nuevos buques porque los bancos no financian el riesgo, lo que está por venir se parece a la nada más absoluta.
Hay compradores para las amplias instalaciones de Teis, al pie de la ría de Vigo. Pero nadie quiere quedarse con el astillero ahora que todavía está vivo. Todos los interesados que acuden a verlo, y a hablar con la dirección, lo hacen para conocer su estado y pujar por él cuando llegue el momento de la liquidación, libre de deudas y de 87 trabajadores (30, mayores de 55 años).
Ese escenario que supondría la desaparición del astillero y que nadie quiere, está ya sobre la mesa de la Administración gallega y de los sindicatos. Está cada vez más cerca.
Los retrasos en la entrega del ferri de Transmediterránea, que debería estar dando ya servicio este mes a la naviera, agravan la situación financiera del astillero, porque la demora en la fecha de entrega acordada conlleva penalizaciones, además del perjuicio que supone para la armadora quedarse sin el buque con el que contaba para la actual campaña turística.
Todo esto lo cuentan fuentes directamente inmersas en buscar un futuro para Vulcano que no sea la declaración de quiebra, y que ven la batalla ya perdida.

Ante las dificultades para vender la compañía o para firmar un nuevo pedido, quedaba un último cartucho por quemar: que alguno de los astilleros gallegos que rebosan carga de trabajo accediera a subcontratar a Vulcano y garantizara así su actividad. Pero nadie está por la labor. No es por falta de generosidad.
«El problema es que el sector empieza a levantar cabeza a duras penas y nadie en su sano juicio está dispuesto a arriesgarse a subcontratar a un astillero que incumple plazos», dicen fuentes administrativas que, a estas alturas, comparan el futuro de Vulcano con el de Factoría Naval de Marín, adquirido por Nodosa en el proceso de liquidación.
Estas fuentes apuntan a que la declaración de concurso de acreedores es ya solo cuestión de semanas. La fecha que se maneja es después del verano, una vez que Transmediterránea se haya llevado el ferri. «Será entonces, cuando se conozca la tesorería real de Vulcano. Si la situación es la que se sospecha, se solicitaría directamente un concurso de liquidación», avanzan.
No es la primera vez que Vulcano tiene un pie en el más allá, pero esta vez parece que la desaparición está más cerca.
Vulcano sobrevivió a un concurso de acreedores en el 2010. La declaración de quiebra llegó con una deuda de 195 millones de euros. En aquel momento tuvo suerte.
Errores del pasado
La sociedad mixta Pymar, formada por varios ministerios, comunidades autónomas y los astilleros privados españoles, aceptó una quita del 80 % de la deuda, es decir, algo más de 48 millones.
Antes del conseguir el ferri de Transmediterránea, Vulcano estuvo casi cinco años inactivo y encadenó 13 ERE. Además, fue condenado por la Audiencia Provincial de Oviedo, en julio del 2015, a pagar 25 millones por la quiebra de su filial en Asturias, Astilleros Juliana, hoy propiedad de Armón. Debe aún 20 millones.

 

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