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6 de marzo de 2017

Atlantico

La ley de segunda oportunidad llegó a 19 familias de Vigo y la provincia en 2016

El procedimiento se inicia con mediación y de no haber acuerdo el concurso puede llegar a exonerar de la deuda
La ley de segunda oportunidad no está teniendo la respuesta por parte de las familias que se esperaba cuando se aprobó. En Vigo y la provincia de Pontevedra apenas 19 personas se acogieron a esta posibilidad para renegociar sus deudas el año pasado, de las que 16 fueron personas físicas sin actividad empresarial y otras tres personas físicas empresas (autónomos fundamentalmente). La provincia de Pontevedra fue la más activa, ya que en A Coruña fueron 14, en Lugo 17 y en Ourense solo 5, que suman 71 en total en Galicia, según los datos concursales de personas físicas del Consejo General del Poder Judicial.
Lo que se conoce como ley de segunda oportunidad realmente es una doble modificación de la ley concursal, primero en 2013 y después en 2015, para introducir este mecanismo, que se llama oficialmente concurso consecutivo, explica el economista Diego Comendador, que es además vicepresidente de la Asociación profesional de Administradores Concursales y vocal del Registro de Economistas Forenses.
Comendador señala que las personas que se pueden acoger a este mecanismo (familias y autónomos fundamentalmente) “deben cumplir unos requisitos y es que su pasivo debe ser inferior a cinco millones de euros”. Pero además “primero tiene que haber una mediación extrajudicial, que se insta ante un notario. Si no hay acuerdo con los acreedores es cuando la persona física debe presentar concurso y puede conseguir la exoneración del pasivo”, precisa. Otra de las características de este procedimiento es que no los llevan los juzgados mercantiles, sino los de primera instancia.
Este especialista en derecho concursal explica que “la gente se anima poco, está teniendo poco éxito” a la hora de solicitar que se active este mecanismo de segunda oportunidad.
La ley de segunda oportunidad incluye a particulares y autónomos que hayan fracasado en su aventura empresarial y que hasta ahora debían afrontar sus deudas con su patrimonio presente y futuro. 

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