Solo un tercio de las firmas en preconcurso cerró un acuerdo
El 40% entró en suspensión de pagos y otras 13 tienen 2 meses de plazo
Un tercio de las 67 empresas deudoras que
presentaron un preconcurso en Vigo este año han cerrado un acuerdo con
sus acreedores para rebajar o reordenar los plazos de pago de sus deudas
y reflotar la firma. Otras 23 sociedades entraron en concurso de
acreedores y 13 están en plazo para presentarlo. Los acreedores son,
generalmente, entidades financieras y bancos.
El juzgado de lo Mercantil número 3 de
Pontevedra, con sede en Vigo, ofrece a las empresas en apuros un plazo
de cuatro meses para que negocien con las financieras o proveedores que
les reclaman dinero para llegar a una solución y evitar la suspensión de
pagos. Algunas lo logran pero no hay cifras concretas, solo se sabe que
suponen el 35,2%. En concreto, 24 empresas de las 67 que pidieron el
preconcurso no presentaron luego una demanda para solicitar la
suspensión de pagos. Eso no quiere decir que hubiesen salido del
peligro de quiebra. Fuentes judiciales aclaran que entre estos 24 casos
hay, efectivamente, empresas que firmaron un pacto extrajudicial con sus
acreedores para seguir con su actividad. Pero aquí también se incluyen
firmas que, por dejadez, presentaron tarde la demanda o, peor aún,
incumplieron su obligación de hacerlo. En todo caso no es necesario que
las empresas comuniquen al juzgado que se han salvado, por lo que
oficialmente no hay cifras de las sociedades de Vigo que salieron del
atolladero.
Algunas empresas que lograron eludir el concurso
sí comunicaron el buen resultado al juzgado de lo Mercantil. El caso más
significativo fue el de la promotora Mario Puentes, de Baiona, que
comunicó al juez la buena noticia de que había llegado a un acuerdo para
el pago de la deuda.
Ahogadas
Otras 24 firmas no pudieron convencer a los
bancos y se vieron ahogadas por la falta de liquidez, falta de crédito e
imposibilidad de reducir la deuda. Acabaron por presentar suspensión de
pagos. Otras cuatro que lo quisieron hacer no reunían los requisitos o
no entregaron todos los papeles y el juzgado inadmitió su demanda.
Actualmente hay tres pendientes de que el juzgado admita el inicio de
los trámites. Son muchas las firmas que han mantenido largas
negociaciones para evitar la quiebra. Una es la frigorífica Vieirasa,
que negoció con sus acreedores y al ver que no llegaban a un acuerdo se
dispuso a presentar el concurso pero uno de los reclamantes se adelantó.
Otras 13 firmas, que presentaron sus papeles de
preconcurso a finales de septiembre u octubre continúan con las
negociaciones y les restan menos de dos meses de plazo para zanjar la
deuda con los demandantes.
La última oleada de concursos del año procede de
los preconcursos presentados a finales de junio. En septiembre estaban
contabilizadas 60 quiebras y en la actualidad ya superan el centenar, el
récord histórico.
Una vez que la empresa suspende pagos su
recuperación es difícil y no pasan de una docena las que han conseguido
salir a flote, incluidos los astilleros Vulcano y Barreras. La principal
razón es que las sociedades que entran en concurso están con el agua al
cuello, no han obtenido más créditos y sus acreedores no han accedido a
hacerles una quita o rebaja. Este año ha sido especialmente cruento.
Las empresas en preconcurso que eluden la
suspensión de pagos o aquellas que, ya en concurso, aprueban un convenio
con la junta de acreedores, vuelven a gozar de fluidez de crédito para
financiar sus plantillas y la actividad. Es una tabla de salvación pero
solo una de cada tres sociedades llega a buen puerto.
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